Sexto sentido

La física y la química

La baja forma física, excusa para echar a Ancelotti

La baja forma física, excusa para echar a Ancelotti / sport

Carme Barceló

Mientras los jugadores del Barça disfrutaban, celebraban, cantaban y se conjuraban a su manera en Can Ferran, Florentino Pérez confirmaba el despido del que hace cuatro meses confirmó en su cargo “pase lo que pase”. Pues pasar, lo que se dice pasar, le ha pasado de todo para acabar no pasándole nada. O lo que es lo mismo: cerrar la temporada a cero con lo poco que le gusta a FP quedarse en negativo. Empresario como es, no concibe que los balances de final de año y/o de temporada tengan un resultado nulo y/o desastroso, como es el caso. Así que se ha consumado la tragedia para el vestuario merengue y el presidente y/o director deportivo del Real Madrid ha finiquitado a Carletto.

¿Por qué? No seáis malpensados y leáis entre líneas un guiño mourinhista. Nada más lejos de la realidad. Pero es curioso que el argumento de mayor peso, más allá del cero patatero en cuanto a títulos de primer nivel se refiere, sea la mala preparación física de los jugadores. Los números -que tanto gustan a Florentino- cantan: 19 lesiones musculares por apenas una en el FC Barcelona. Ha primado la física versus la química. Al mandatario se la trae al pairo que sus cracks, con CR7 a la cabeza, se hayan posicionado a favor de Ancelotti. Le da lo mismo que le quieran, que le consideren uno de los suyos, que le valoren como el mejor entrenador de la/su historia.

A Pérez le da igual. A Pérez lo que le preocupa, por decirlo fino, es que el Barça le haya ganado otra batalla y con un técnico de poco currículum si lo comparamos con el italiano. Al otro lado del muro, el equipo campeón de Liga supera desavenencias, equilibra el vestuario y el entrenador aprieta las clavijas con una preparación física que pone a los jugadores en el mejor estado de forma posible en la segunda mitad de la temporada. Ahí están los resultados que tienen a Florentino en un sinvivir. Así que ha puesto los ojos en Rafa Benítez y en su hombre de confianza, Paco de Miguel, para que coloque a sus galácticos en su sitio y a tono. Trabaja con balón en la mayor parte de sus ejercicios y planifica los entrenamientos con extrema rigidez. En el Real Madrid pasan de la mano blanda de Carletto y su empatía con el vestuario a la mano dura de Benítez y su peculiar relación con los cracks. ¿A esto se le llama ciclo? Pregunto desde la inocencia y sin acritud.