Doce puntos sin piedad

Y sin goles encajados. Así, sin filtro. El dato frío. La noticia breve. El titular sonado y soñado. El Barça lidera la Liga con doce puntos de doce y cero goles en su marco. Cuatro victorias como cuatro soles. Suma y sigue. Y la sensación de saber lo que se hace, de que el equipo la toca en todos los sentidos, de que la tensión les mantiene alerta y de que el entrenador no está para tonterías. A diferencia de otras temporadas, en las que se liquidaban muchos partidos prácticamente desde el primer cuarto de hora, los triunfos cuestan minutos, los pesos pesados también fallan penaltis y los centrales otrora indiscutibles, se quedan en el banquillo. Este es un Barça más real y más humano. Con sus luces y sus sombras pero con fortaleza mental y física y con mucha más solidaridad de equipo. Doce puntos sin piedad y doce hombres -once en el campo y uno en la banda que juega por todos- que tampoco la tienen. Los jugadores, con el rival. Luis Enrique, con los jugadores. A Neymar no le gustó el cambio pero al técnico no le gustó su 'síes-noes' en la banda ni las firmas de autógrafos. Al banquillo. A la espera del mejor Piqué, el central también espera su turno. Aquí no hay sugerencias desde los despachos. Aquí no hay debates en la portería. Aquí los pitos se usan en los entrenamientos para iniciar un rondo o dar salida a una carrera. La meritocracia es un valor recuperado en este nuevo Barça en construcción, en el que las rotaciones de hoy marcarán la columna vertebral de mañana en los partidos ‘top’. El camino hasta el Bernabéu pasa por Málaga y Vallecas, recibir al Granada y al Eibar y medirse al PSG en Champions. Doce puntos que pueden ser doce más.