La Roma recupera la segunda plaza goleando al Milan de Deulofeu

Deulofeu se lamenta de una ocasión perdida

Deulofeu se lamenta de una ocasión perdida / EFE

Mar Bianchi

Mar Bianchi

La Roma ha aprobado con nota el importantísimo examen que tenía en San Siro. Tras la victoria del Nápoles por 3-1, a los de Spalletti solo les valía ganar para recuperar la segunda plaza y así evitar las rondas previas de Champions League.

Los ‘giallorossi’ salieron al césped con un hambre y una intensidad que hacía tiempo que no se le veía. El primer gol no tardaría en llegar. Salah logró robar el balón a Paletta, se apoyó en Dzeko para continuar la jugada y el bosnio desde la frontal de área anotó en el minuto ocho.

El Milan estaba perdido, los de Montella no lograban frenar los constantes ataques de la Roma. Así, en el minuto 28, Dzeko volvió a ser protagonista. Esta vez, anotó de cabeza después de un corner de Paredes. La defensa ‘rossonera’ lo puso fácil.

El asedio romano no cesó en toda la primera mitad. Las carreras de Salah eran sinónimo de peligro y Nainggolan tuvo el tercer tanto en sus botas si Donnarumma, con la punta de los dedos, no hubiese llegado a desviar el balón.

En total, en los primeros 45 minutos de encuentro la Roma llegó a tirar a puerta hasta en 17 ocasiones. Si al descanso el marcador iba 0-2 y no con goleada de los locales fue gracias a las paradas colosales de Gigio Donnarumma. Sin duda, la joya más preciada del conjunto milanés... con permiso de Deulofeu.

El Milan despertó en la segunda parte, Suso y Lapadula protagonizaron cada uno una ocasión de peligro, siempre despejada por la defensa romana. En el otro extremo, Gerard Deulofeu no podía tirar solo de la fase ofensiva de su equipo.

Media hora después, Pasalic acortó distancias. Tras un saque de esquina, Ocampos alargó en el primer palo y Pasalic remató solo de cabeza.

La alegría de los locales duró poquísimo, ya que solo dos minutos después El Shaarawy anotó el 1-3 colocando el balón por la escuadra desde fuera del área. Imparable.

La sangría continuó hasta el pitido final. Paletta provocó penalti sobre Salah y vio la roja directa. De Rossi lo convirtió en gol, pese a que el guardameta del Milan adivinó la trayectoria y llegó a rozar el esférico.