Boateng: "No es suficiente con un vídeo para erradicar el racismo"

Boateng habló alto y claro

Boateng habló alto y claro / EFE

Juanma Romero

Juanma Romero

Si alguien sabe de racismo en un campo de fútbol ese es sin duda Kevin-Prince Boateng. Su renuncia a seguir jugando un amistoso con el Milán ante el Pro Patria en enero 2013, debido a los insultos racistas que llegaban desde un sector de la grada, dieron la vuelta al mundo, así como su posterior discurso en la sede de Naciones Unidas.

Hoy, algunos años más tarde, sigue firme en su lucha contra el racismo y en una amplia entrevista concedida a Jetzt.de, del Süddeutsche Zeitung, ha vuelto a pedir un mayor esfuerzo a clubes y ligas para combatirlo de manera tajante. 

"Lo diré una y otra vez. No es suficiente mostrar un vídeo de 'No al racismo' antes de los partidos de Champions. Un aficionado del Eintracht Frankfurt de cinco años quizás no vea este vídeo. No es suficiente usar una camiseta que ponga 'No al racismo' o 'Sacamos tarjeta roja el racismo'. Eso está muy bien, debe mantenerse, pero tienes que hacer más. Más publicidad, más vídeos. Cada club también debería hacer algo en el apartado de marketing", expuso el ex de Las Palmas.

A principios de octubre, Boateng pidió públicamente el uso de la tecnología para expulsar a los que hagan gritos racistas, algo en lo que volvió a insistir: "No soy ingeniero de sonido ni especialista en cámaras, pero estoy seguro de que eso sería posible en las gradas. Cuesta dinero. Pero sería positivo para la seguridad de cada estadio. Con una cámara podrían identificarse no solo los que hacen insultos racistas, sino también aquellos que ponen en peligro la seguridad del estadio de otra manera".

En cuanto al castigo para los responsables, el futbolista del Eintracht Frankfurt lo tiene claro. "No los dejaría entrar en un estadio nunca más. No debemos olvidar que tenemos que hacer frente a esto por nuestros hijos, para el futuro. No puede ser que un niño de cinco años vaya al estadio y se tenga que sentar al lado de alguien que diga “negrata", "puto turco", “árabe de mierda" o “puto chino". Si todavía lo permitimos hoy, es por nuestra culpa. Es por eso que hago todo lo posible para cambiar eso. Pero no puedo hacerlo solo. Los clubes y las ligas deben unirse", aclaró.

"¿Cómo puede un hombre negro tener ese coche?"

A pesar de haber nacido en Berlín, Boateng, hijo de un ghanés y una alemana, ha tenido que convivir con el racismo toda su vida. "Durante mi infancia me pregunté quién era, de dónde venía, todo. Pero en realidad tendría que ser cien por cien alemán, aún teniendo un color de piel diferente. Nací aquí, hablo el idioma y he vivido en Alemania durante veinte años". 

También en el día a día, y no solo en el ámbito del fútbol, Boateng ha sido víctima de dicha lacra: "Puede ocurrir que esté parado en un semáforo y desde el coche de al lado una pareja me mire y niegue con la cabeza. Sé lo que piensan: ¿Cómo puede un hombre negro tener un coche como ese? Seguro que es un traficante de drogas. Una vez fui al supermercado y me paré junto a una mujer que no daba con el arroz en el estante. Le alcancé un paquete y se lo di. Ella lo tomó, lo puso de nuevo en el estante y fue a buscar a un empleado para que le diera un nuevo paquete. ¿Cómo tienes que sentirte ante eso?"

Para Boateng, quien a sus 30 años atraviesa por un gran momento en el Eintracht Frankfurt,  el racismo va más allá del simple insulto. "El racismo no aparece cuando alguien te insulta. Muestra cómo alguien piensa, cómo vive, cómo se siente. A veces se puede decir por miradas. Eso es lo triste: ni siquiera tienes que decir algo. Muchos dicen que todo está permitido en el campo. Pero si alguien me llama “negro de mierda", eso no está permitido. Eso es racismo. Punto", sentenció.