Dos Santos no entra en la operación

Bravo, el tercer fichaje del Barça

La portería azulgrana completa su total revolución. De Valdés, Pinto y Oier a Ter Stegen, Bravo y Jordi Masip

Bravo, tercer fichaje del Barça.

Bravo, tercer fichaje del Barça. / sport

David Rubio

El meta Claudio Bravo vivió ayer la mejor noche de sus 31 años de vida. Mientras defendía con enorme acierto la portería de Chile en la sonora victoria sudamericana frente a España, el Barça y la Real Sociedad llegaban a un acuerdo definitivo que lo convertía en el tercer fichaje azulgrana para las tres próximas temporadas con opción a una cuarta.

Bravo, que acaba de completar su octava temporada consecutiva en el conjunto realista con un rendimiento alto y muy regular, ha sido relacionado en múltiples ocasiones con el Barça. A falta de una confirmación oficial del fichaje que se producirá en las próximas, el club azulgrana pagará a la Real 12 millones de euros, exactamente lo mismo que costó el arquero alemán Marc-André ter Stegen (Borussia Mönchengladbach). 

El chileno tenía contrato hasta junio de 2017 con una cláusula de rescisión de 30 millones de euros, pero contaba con la promesa del club de que no torpedearía su marcha a un grande como agradecimiento por el comportamiento intachable que mostró durante las tres temporadas de travesía por el desierto de la Segunda División entre 2007 y 2010. Por aquel entonces, Bravo descartó abandonar la entidad ‘txuri-urdin’ y demostró un compromiso total para devolver al equipo a Primera.

UN SECRETO CONOCIDO

El acuerdo entre ambos clubs era un secreto a voces en los últimos días, pero no se cerró por la negativa de Jonathan dos Santos a marcharse al conjunto donostiarra como parte de la operación. Al final, el internacional mexicano ha sido excluido por expreso de deseo y por ahora continúa siendo jugador del FC Barcelona. Pese a ello, la Real Sociedad insiste en su deseo de contar con el pequeño de los hermanos Dos Santos y anuncia que seguirá intentando contar con él, aunque ya será en una operación independiente.

Durante la tarde de ayer cobró fuerza el rumor de que la Real Sociedad pretendía la cesión de otros dos jugadores del filial blaugrana y se habló de Sergi Gómez, Adama Traoré o Jean Marie Dongou, aunque al final esta posibilidad también quedó en agua de borrajas.

La mejor prueba de que el fichaje se cerró durante el España-Chile que supuso una despedida muy triste del torneo para los de Vicente del Bosque fue la reacción de Claudio Bravo a la conclusión del partido. Embriagado de alegría por el pase de la ‘roja’ chilena para octavos de final, el portero nacido en Viluco el 13 de abril de 1983 aún no sabía que ya era jugador del Barça de manera oficial. Por ello y pese a la insistencia de la prensa, a pie de césped optó por no hacer ninguna declaración al respecto.

“Ahora estoy más tranquilo por la victoria y por la clasificación. Ya tocará hablar de mi futuro más adelante”, respondió el chileno en primera instancia. Por segunda vez, le reiteraron la oficialidad del fichaje, pero él prefirió no precipitarse. “Ya me va a tocar hablar de mi futuro, ahora prefiero disfrutar de este momento histórico”, añadió el tercer fichaje del FC Barcelona tras el referido Ter Stegen y el croata Ivan Rakitic.

El empujón definitivo para la llegada de Claudio Bravo lo ha dado Luis Enrique, quien desde su llegada insistió en contar con dos porteros de garantías. Tras dar el OK para que se cerrara la llegada del alemán, el técnico asturiano quería contar con otro portero más veterano y, a ser posible, que conociera la Liga. Y apostó por Bravo sin vacilar, por encima de otras opciones que también sonaron con fuerza como el costarricense Keylor Navas (Levante), el brasileño Diego Alves (Valencia), el argentino Willy Caballero (Málaga) o el exblaugrana Pepe Reina (Nápoles).

Bravo no llega como segundo portero y el jugador tiene muy claro que luchará al máximo por jugar el mayor número de minutos posible, alentado por el aval personal del técnico. De hecho, la pasada semana el arquero chileno ya se mostró muy ilusionado ante la posibilidad de vestir de blaugrana y aseguraba que no renuncia a nada de salida. “Ir al Barça sería un paso muy importante. Si se diera, sería para dar lo máximo tal y como he hecho durante toda mi carrera. No olvido que siempre he empezado como suplente y a la larga termino siendo titular”, aseguró a La Cuarta desde la concentración de la ‘roja’ chilena en Brasil.

De hecho, la primera que anunció que el fichaje estaba prácticamente cerrado fue su esposa Carla, quien hace diez días publicó un mensaje en su perfil de Facebook que no admitía dudas: “Preparando las maletas, que nos vamos para la bella Barcelona”.

Claudio Bravo responde a la perfección a lo que necesita el Barça. Es un maestro con los pies que se encarga de iniciar las jugadas de ataque de sus equipos, es muy ágil bajo los palos, un muro en los penaltis y rápido en las salidas pese a que no es excesivamente alto (mide 1,84 metros).