A doble partido lo ven más factible que a uno y más ahora con las bajas

El vestuario del Barcelona: "Queremos al Bayern"

El vestuario del Barcelona no tiene dudas sobre sus preferencias en semifinales: el equipo de Pep sería el mejor bienvenido de los tres

El plantilla del Barça en un entrenamiento

El plantilla del Barça en un entrenamiento / sport

Javier Miguel

El vestuario del Barcelona lo tiene muy claro. Entre los tres equipos que estarán hoy en el bombo de Nyon, el Bayern de Múnich de Pep Guardiola es el preferido entre los blaugrana ¿Por qué? Pues desde dentro argumentan varios motivos que convierten al conjunto alemán como un rival más ‘apetecible’ dentro de las dificultades máximas que entrañan cualquiera de los tres. El primero, y más importante, según razonan dentro del vestuario, es que el Bayern es un equipo que juega a fútbol, que propone un fútbol abierto y ofensivo y que apostará por el espectáculo ante todo. Unos argumentos que aplauden en el vestuario del Barcelona, sobre todo mirando otros equipos como la Juventus, equipo rocoso e incómodo donde los haya. 

Pero hay más motivos aún para que el vestuario del Barcelona se decante por el Bayern para las semifinales. Y es que el equipo de Pep Guardiola llega a esta eliminatoria con muchos hombres por recuperar y muchos lesionados por el camino, por lo que ha tenido que echar mano durante estas últimas semanas de un equipo muy reducido de hombres, que evidentemente podrían acabar pagando muy caro el esfuerzo que han tenido que desplegar en las últimas semanas. 

Además, en el vestuario del Barcelona están convencidos que el campeón bávaro será muchísimo más difícil de ganar a un solo partido dentro de un mes y medio –la final se juega el próximo 6 de junio en Berlín–, cuando además recupere a todos sus hombres y haya tenido casi un mes para reponer fuerzas –la Bundesliga la tiene prácticamente en el saco–, mientras que ahora el Bayern llega ‘justito’ de fuerzas y con el handicap adicional de tener que jugar dos partidos casi consecutivos al límite de sus fuerzas.

Y luego también hay otro tipo de motivaciones, más emotivas y personales si se quiere, pero igual de importantes. Y es que en el vestuario no se olvida ni mucho menos el último enfrentamiento ante el Bayern. Fue precisamente en semifinales de la Champions hace dos temporadas, cuando Tito Vilanova estaba en el banquillo. Aquella eliminatoria está marcada al rojo vivo en la piel de muchos jugadores que todavía militan en el Barcelona, sobre todo porque fue una de las peores humillaciones que vivieron los blaugrana en Europa, con un balance global de 7-0 (4-0 en Múnich y 0-3 en Barcelona). Precisamente el partido de ida se jugó el 23 de abril, día de Sant Jordi, amargando a muchos culés la fiesta de los libros y la rosas.

Pero aquella eliminatoria, de tan aciago recuerdo para los culés, vino marcada por una circunstancia que a la postre resultó ser decisiva: la lesión de Leo Messi. Y es que el crack argentino llegó a esta cita convaleciente de una lesión en los isquios que sufrió en el partido de ida de los cuartos de final ante el PSG. El jugador tuvo que salir en la segunda parte del partido de vuelta para arreglar un marcador que se había complicado  –Pastore había marcado el 0-1–, siendo al final decisivo para que Pedro empatara el partido y marcara el gol y el Barcelona acabase pasando al límite. Sin embargo, su entrada prematura al campo, cuando todavía no estaba recuperado, acabó pagándolo muy caro, ya que llegó al tramo final de la temporada en unas condiciones muy mermadas, siendo una sombra de sí mismo. Así pues, el Messi que se enfrentó al Bayern hace dos años no tendría nada que ver con el Leo de ahora. Aquel Messi estaba falto de forma, sin rodaje y sin confianza, el Leo de ahora llega pletórico, en plenitud física y con un equipo más solidario que nunca en el trabajo, y dos socios, Neymar júnior y Luis Suárez, en el ataque que le liberan de la responsabilidad exclusiva de abrir las latas.

Y, por último, también hay un aspecto de ‘morbo’ que algunos jugadores interpretan como casi un tributo hacia aquel entrenador que fue capaz de llevarles durante un lustro a monopolizar el fútbol mundial con su filosofía de fútbol. Estos jugadores también quieren demostrarle a Pep Guardiola que ellos mantienen intacto el legado y que no hay mejor homenaje que los discípulos derrotando al maestro.

No hay duda que todos estos argumentos son más que válidos para explicar el porqué el vestuario del Barcelona quiere al Bayern de Pep en las semifinales antes que a la Juventus o al Real Madrid.

Por contra, la afición parece decantarse más por la Juventus de Turín, ya que a priori es el equipo con menor empaque –si se puede decir eso– dentro de los otros tres semifinalistas, pero lo cierto es que el equipo transalpino sería muy incómodo tanto por su forma de jugar como por su oficio.  

Mientras que el Real Madrid es el que preferirían evitar a toda costa dentro del vestuario porque consideran que el desgaste mental, físico y anímico que se viviría en las semifinales podría acabar dejando muchas secuelas de cara al tramo final de temporada.

En cualquier caso, lo que también tienen muy claro entre los jugadores y el propio cuerpo técnico  es que el Barcelona es el auténtico ‘coco’ de la competición y que nadie de los otro quieren cruzarse con ellos en las semifinales. Su trayectoria en la Champions y en el resto de competiciones que han disputado dejan claro que hoy por hoy son el rival a batir y que son, con diferencia, el equipo que llega en mejor forma y predisposición para ganarlo todo esta temporada.