Verratti estudia su estrategia con sus abogados para dejar el PSG

Marco Verratti intenta no tener que volver a enfundarse la camiseta del PSG

Marco Verratti intenta no tener que volver a enfundarse la camiseta del PSG / EFE

SPORT.es

Marco Verratti está de vacaciones en Ibiza pero junto a su representante Donato Di Campli sigue trabajando para resolver su futuro. Un futuro que el centrocampista italiano quiere que pase por forzar su traspaso al FC Barcelona. 

De ahí que, según el diario ‘L’Équipe’, Verratti esté consultando a sus abogados para conocer de primera mano qué opciones tiene para forzar su salida del PSG. 

El club parisino, dirigido por Nasser Al-Khelaifi, ha rechazado por ahora cualquier intento del Barça para intentar una negociación y al jugador le han comunicado que entra en los planes para seguir haciendo crecer el proyecto y que no le dejarán marchar del Parque de los Príncipes, amparados en el contrato que se extiende hasta el 30 de junio de 2021.

Verratti y Di Campli ya han hecho varios movimientos y estudian con sus abogados el siguiente: qué consecuencias tendría para el futbolista no presentarse el 4 de julio a la convocatoria del técnico del PSG, Unai Emery, para empezar la pretemporada en Ooredoo. 

Verratti comunicó a los responsables del PSG su sensación: que su etapa en el PSG tocó a su fin, después de cinco años (llegó en 2012 procedente del Pescara por 12 millones de euros), y más aún después de que el duro 6-1 en el Camp Nou señalara el aparente techo del club parisino para conquistar la Champions.

A sus 24 años, Marco quiere jugar junto a Leo Messi y el resto de estrellas blaugrana para seguir creciendo como futbolista. Los elogios de un símbolo del estilo Barça, como es Xavi Hernández, sólo han alimentado ese deseo. 

El problema es que el PSG no es un club vendedor y, por el contrario, va a poner las habituales dificultades del Barça. Por tanto, Verratti deberá establecer un duro pulso para conseguir su salida. Un pulso que incluso podría llevar al internacional italiano a ser declarado en rebeldía si no se incorpora a los entrenamientos y ser sancionado económicamente por su club.

De ahí que busque la máxima seguridad jurídica al mismo tiempo que espera que el Barça también ponga toda la carne en el asador y haga una oferta económica (se manejaba la cantidad de 80 millones de euros) que resulte atractiva para el PSG.