'The best' es Messi: radiografía de un debate enterrado

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

En realidad nunca existió, aunque cuando Cristiano Ronaldo ganó recientemente su quinto Balón de Oro y el premio ‘The Best’ hubo quien trató de profanar la tumba de una discusión ya enterrada. “¿Quién es mejor, Messi o Cristiano?”, se preguntaban desde Madrid agarrándose al argumento de que tanto uno como otro tienen las mismas coronas. Pocos meses después del enésimo intento fallido de comparar al mejor de la historia con una máquina de competir, ya nadie se atreve a poner en duda el reinado de un jugador que lleva más de 12 años superándose

Aunque lo fácil es resaltar sus monstruosos números, tentación en la que unas líneas más adelante también caerá este artículo, basta con ver cómo juega el rosarino para entender que se trata de un extraterrestre. Más concretamente, un mutante extraterrestre, porque de los eslálones desde su propio campo hasta la meta rival ha pasado a las asistencias mágicas con precisión quirúrgica. Y esto sin que sus cifras goleadoras se hayan visto afectadas. Todo lo contrario, porque, en Leo, los tantos son consecuencia de su desmesurada influencia en el juego de su equipo. Ésta, por cierto, ha crecido todavía más con la marcha de Neymar. ¿Hay algún atrevido que sea capaz de llamar ‘delantero’ a un jugador que lo hace absolutamente todo?

MENOS APARICIONES, MÁS LETAL

La fuga del brasileño al PSG y la lesión de Dembélé dejaron al primer año del proyecto Valverde con una limitada capacidad de desequilibrio. Así, los entrenadores rivales desempolvaron las viejas órdenes que daban a sus jugadores cuando se medían al Barça de Tito Vilanova o al del Tata Martino: “Al único al que hay que ponerle tres o cuatro hombres encima es a Messi”, avisaban.

La doble derrota ante el Real Madrid en la Supercopa de España revivía la sensación olvidada de que el éxito azulgrana dependía únicamente de la inspiración de Leo. Y durante los primeros meses de competición no se puede decir que no haya sido así. El ‘10’ se ha echado el equipo a la espalda mientras el ‘Txingurri’ ha ido construyendo, sin prisa pero sin pausa, un bloque cada vez más sólido. Messi lo ha hecho con inteligencia, dosificando sus apariciones y convirtiéndolas en picaduras mortales para el oponente. Si antes decidía partidos a través de la hiperactividad, ahora lo hace también desapareciendo. Hoy más que nunca, Leo lee los partidos y juega con el hecho de ser un imán para los rivales. Como se diría en Facebook, a Luis Suárez, Jordi Alba y Paulinho les gusta esto.

LEO, 17 GOLES; CR7, SOLO CUATRO

En lo que va de curso, el argentino suma ya 23 goles y 11 asistencias. Es pichichi en liga con 17 dianas y ya es el máximo goleador de la historia en una de las grandes ligas europeas, pues en Anoeta superó los 365 tantos que anotó el  ‘Torpedo’ Müller. Por cierto, Messi ya suma los mismos goles de falta en el campeonato doméstico que CR7 (19). Oficialmente, los ‘Tomahawk’ han pasado a mejor vida.

Si el portugués suma solo cuatro goles y dos asistencias en lo que va de liga (16 y 3 sumando todas las competiciones) es, en gran parte, por culpa de su nula efectividad. CR7 necesita de media 18 disparos para ver portería, mientras que Messi convierte uno de cada cinco. Teniendo en cuenta que el argentino es el jugador de la Liga que más chuta (5 disparos por encuentro), se explica fácilmente su media de casi un gol por partido.

Hay más datos que colocan millones de kilómetros de distancia entre el rendimiento del azulgrana y el del madridista. Por ejemplo, en 2017, en el que el propio CR7 considera que fue su mejor año, el luso anotó un tanto menos que Messi (53 a 54). Tan sorprendente como que ambos pierdan una media de 1,5 balones por partido, lo que no dejaría en evidencia a CR7 si no fuera porque el luso promedia un único regate por encuentro, mientras que Leo roza los siete. La lógica, que en este caso no se cumple, dice que como más arriesgas, más posibilidades tienes de sufrir una pérdida.

UN CRISTIANO VENIDO A MENOS

El Cristiano de hoy no arriesga porque no puede. Ha perdido la punta de velocidad que sí tenia antaño, lo que le ha degradado de jugador decisivo a gran rematador. Pero cuando el gol le da la espalda, como está sucediendo, no queda nada a lo que agarrarse. Las malas caras y los reproches, eso sí, siguen tan vigentes como siempre.

EL BALÓN DE ORO ESPERA A MESSI

Con la Liga ya perdida, el luso se aferra a la Champions y, en menor medida, al Mundial de Rusia para intentar evitar lo que parece inevitable. Solo Neymar o un inesperado fiasco del Barça podrían dejar a Leo sin su sexto Balón de Oro. Y esto queda dicho a 15 de enero. Porque si el crack rosarino lleva más de 12 años navegando por la excelencia, no dejará de hacerlo ahora que el barco de Valverde empieza a coger velocidad de crucero. No se mareen con tanta magia.