TITO NO TIENE PREVISTO VOLVER A HABLAR CON ÉL

Ultimátum a Thiago

Mazinho, su padre, pasó ayer por las oficinas, pero solo para la firma protocolaria de la renovación de Rafinha

Ivan San Antonio

Se supone que se va, pero aún no lo ha dicho. Ni públicamente ni al club. Así que puede que no se vaya. O puede que sí. Es precisamente esa indefinición la que más molesta en el Barça, que necesita y, de hecho, merece una respuesta... Sobre todo si la respuesta es que abandona el Camp Nou porque, en ese caso, habrá que buscar una alternativa para los minutos que iba a tener Thiago Alcántara.

El jugador condicionó en su día la solución al dilema al desenlace del Europeo sub21. El torneo acabó el 18 de junio, pero Thiago aún no ha deshojado la margarita. Y se le acaba el tiempo. Quedan exactamente diez días para que el equipo inicie la pretemporada y el centrocampista deba reunirse con sus aún compañeros para entrenarse. Además, sus dos teóricos pretendientes, los que se supone que pujan por él, Manchester United y Bayern de Múnich, ya están entrenando. Y, por si fuera poco, el as en la manga con el que cuenta el jugador, el de una cláusula de 18 millones de euros, pasará a ser de 90 el 1 de agosto. Así que, con todos estos condicionantes, Thiago Alcántara debería empezar a plantearse poner punto y final al culebrón. Ya no solo por él, que también, sino por el club que lo ha visto crecer hasta llegar a convertirse en uno de los mejores jugadores sub21 del continente.

En el Barça andan con la mosca detrás de la oreja, algo molestos porque entienden que el futbolista, si decide finalmente marcharse, debería, por lo menos, mostrar sus intenciones. De todas formas, la dirección deportiva tiene previstas las dos posibilidades: si se queda, todo sigue igual; si se va, pondrán en marcha el plan B. En el segundo caso, el papel de Sergi Roberto pasaría de ser importante a muy importante. Tito Vilanova, en ese sentido, tiene una gran confianza en el de Reus y si no puede contar con Thiago, le dará sus minutos. Pero también existe la posibilidad de reforzarse con un centrocampista con más de experiencia. Suena Gundogan, del Borussia Dortmund.

El mayor de los Alcántara quiere más minutos, pero eso es algo que el técnico de Bellcaire no puede garantizarle. Tito no puede comprometerse ni con Xavi, que ya es mucho decir. Se entiende que Xavi es titular indiscutible, pero ni en su caso sería razonable garantizarle la titularidad siempre. Vilanova ya habló con Thiago en su momento para explicarle que confía en él, que ya ha jugado mucho esta temporada y que volverá a hacerlo la próxima, pero nada más. Y como ya le dijo lo que tenía que decir sobre el tema, no volverá a hacerlo. Ahora el balón está sobre el tejado del centrocampista.

Su padre, Mazinho, estuvo ayer en las oficinas del Barça, pero no para hablar de Thiago, sino para asistir a la firma de la renovación de Rafinha, su otro hijo futbolista. El ex campeón del mundo con Brasil solo dijo que “no hemos hablado del tema” a la salida del club. No era el día, pero sí debería serlo en breve. Para no enquistar una situación que no beneficia a nadie, ni al equipo ni al propio futbolista, cuyo futuro debería estar claro. El Barça entiende que el jugador tiene dos ofertas importantes, aunque no lo sabe de forma oficial. Una de ellas sería la del Bayern de Munich, cuyo técnico, Pep Guardiola, sería el principal avalador de Thiago Alcántara. En cambio, la segunda propuesta llega de Inglaterra. En concreto, del Manchester United, cuyos dirigentes serían los principales responsables del interés. Su técnico, David Moyes, no es quien parece pujar más por él. Aunque hoy ofrecerá una rueda de prensa y podría hablar del tema. A Thiago se le agota el tiempo y el club necesita respuestas.