CHAMPIONS LEAGUE 2015/2016

Trotamundos Hleb

El centrocampista que Pep Guardiola se trajo del Arsenal fue uno de esos sonados fracasos del club blaugrana que tampoco dio que hablar después de su marcha. Ahora, vuelve para tratar de reivindicarse antes de que la retirada llame a la puerta

La carrera de Alexander Hleb

La carrera de Alexander Hleb / sport

Fernando Baquero

Alexander Hleb regresa al Camp Nou con un solo objetivo, el de demostrar a la afición del FC Barcelona que es  –o fue– un buen  futbolista –o malo–. Su entrenador le ha prometido unos minutos pese a los problemas de cadera que viene arrastrando desde hace un mes y el veterano centrocampista pretende reivindicarse.

Hleb fue uno de esos fichajes fantasma que todo club esconde en su armario. Llegó al Barça porque Guardiola se empeñó tras verle hacer cosas interesantes en el Arsenal, pero la decepción fue de tal magnitud que el bielorruso forma parte de esa maldita lista que integran Chygrynskiy, Martín Cáceres o Keirrison. 

Las lesiones, su inadaptación al club y a la ciudad y sus reconocidas rencillas con el técnico le impidieron llegar a ser el jugador que prometía ser. La negativa de Guardiola a darle más oportunidades le llevó a un largo exilio en forma de cesiones que ni le sirvieron para volver a vestir la camiseta azulgrana ni le devolvieron al escaparate internacional. 

Su primer destino post-Camp Nou fue el Stuttgart, el equipo que años atrás le había rescatado del amateurismo del fútbol bielorruso. No pudo tomar peor decisión porque rechazó al Inter de Milán de Mourinho que acabaría conquistando Scudetto, Coppa y Champions League. Probó luego suerte en el Birmingham, con el que ganó la Carling Cup, pero su carrera ya había iniciado la  cuesta abajo. Tras un decepcionante paso por el Wolfsburgo acabó rescindiendo su contrato con el Barça seis meses antes de lo que le tocaba y después de que nadie quisiera hacer efectiva una opción de compra que apenas superaba el millón de euros.

Tras hacer una miniescala en un desconocido equipo ruso volvió a su país, donde aún mantenía la etiqueta de mejor jugador de Bielorrusia. En el BATE volvió a recuperar sensaciones y trató de emprender una exótica aventura por el fútbol turco que resultó fallida. 

Su tercera etapa en el BATE Borisov es una suerte de premio por servicios prestados y la antesala de una retirada que podría llegar a final de este mismo año, cuando vence su actual contrato.