Optó por un estilo desenfadado, lejano al traje que solía lucir Guardiola

Tito Vilanova, un sello propio, sin miedo a las comparaciones

Tito, que no se sentó en todo el partido, empezó tímido en la banda y acabó incluso increpando al cuarto árbitro

Esther Blasco

Tito Vilanova sabe que va a tener que acostumbrarse a las inevitables comparaciones con su antecesor, Pep Guardiola. Pero el de Bellcaire, que se tiene por una persona tranquila y serena, aguantó con un aplomo impresionante la presión de saberse el centro de todas las miradas, en su primer partido oficial.

Sus gestos, palabras, la intensidad con la que vivió el partido o su 'look', ningún parámetro pudo evitar pasar por el escáner. Vilanova es un hombre seguro de sí mismo. Como el día anterior en la rueda de prensa, se mostró natural y cómodo ejerciendo de 'comandante'. Algunos hábitos recordaron de inmediato a las rutinas a las que nos tenía acostumbrados Guardiola. Sin embargo, otros tantos llevaron el sello personal del nuevo entrenador azulgrana.

Tito ha sido fiel a algunas de las costumbres del de Santpedor, como la de no concentrar a sus jugadores antes de los partidos. Otra de las tradiciones que ha mantenido es esperar hasta el último momento para dar a conocer el nombre de los once jugadores elegidos para iniciar el partido.

El domingo, los fotógrafos y cámaras de televisión se agolparon frente al banquillo azulgrana antes del inicio del partido, a la espera de captar la primera instantánea de Vilanova. Tito esperó a que todos sus jugadores estuvieran sobre el terreno de juego para hacer su aparición. Vestido con un estilo desenfadado -Guardiola solía decantarse por el traje-, con tejanos, polo negro y un botellín de agua en la mano, saludó uno a uno a todos sus compañeros de staff en el túnel de vestuarios antes de encarar las escaleras que desembocan en el césped.

Llegó el momento. El míster entró en escena. Los flashes se dispararon, pero no perdió los nervios. Se dirigió hacia su homólogo, Philipe Montanier, lo saludó e incluso mantuvieron una breve conversación antes de ocupar sus puestos. 

Uno de los comportamientos que más sorprendió del míster fue su necesidad de vivir los partidos de pie, desde dentro del área técnica, desde el primer minuto. No había transcurrido el primer minuto del encuentro, cuando Tito ya estaba de pie, observando en silencio el juego de sus hombres. No hizo falta esperar mucho rato para poder asistir al primer gol oficial de la 'era Tito'. Después del cabezazo de Carles Puyol (3'), todas las miradas se dirigieron al técnico para observar su reacción. Sin embargo, el azulgrana demostró que es un hombre de corte reflexivo, puesto que prácticamente ni se inmutó tras el tanto de su capitán.

Con el partido supuestamente encarrilado, Tito se permitió un respiro y tomó asiento en el banquillo junto a su segundo, Jordi Roura. Curiosamente, el míster sigue ocupando el asiento en el que se ha sentado durante los últimos cuatro años, de modo que es su mano derecha quien ocupa el antiguo lugar de Guardiola.

El azulgrana duró poco sentado, el gol de Chori Castro (9') volvió a poner en pie a Vilanova, que ya no se sentó en todo el partido. Su reacción ante el gol contrario no podía ser más positiva, puesto que intentó animar a su equipo con aplausos. Y surtió efecto. Leo Messi no tardó en volver a adelantar, ya de manera definitiva, a su equipo. Aun así, el míster no se mostró muy efusivo después de ninguno de los cinco goles de los azulgrana.

Dio la sensación de que el entrenador se iba sintiendo más cómodo a medida que pasaban los minutos de partido. Antes del final de la primera parte, ya dirigía las primeras indicaciones a sus jugadores. En la segunda mitad, a Tito se le vio mucho más activo en la banda. Gritó, corrigió posiciones, comentó lances del encuentro con el delegado del equipo, Carles Naval, e incluso acabó increpando al cuarto árbitro. Al final del partido, un breve apretón de manos con Montanier y hacia el túnel de vestuarios de nuevo.

El primer partido no podía acabar con un balance más positivo para el nuevo técnico. Además de la victoria, demostró que tiene personalidad suficiente como para enfrentarse sin miedo a las comparaciones con Guardiola.