Dirigió a Messi, Cesc y Piqué diez años atrás

Tito Vilanova: de gestar al mejor cadete del Barça a repatriar a Cesc

El futuro primer técnico del FC Barcelona puso los cimientos del mejor cadete azulgrana de la historia y fue el principal artífice del regreso de Cesc Fàbregas al Camp Nou

Alfonso Callejas

Diez años y medio después de hacerse con las riendas del cadete B del Barça en el que militaban Messi, Cesc y Piqué, Tito Vilanova tendrá ahora la oportunidad de dirigir a sus antiguos pupilos desde el banquillo del Camp Nou, tras relevar a su gran amigo Pep Guardiola, al que ha acompañado en una de las travesías más bellas de la historia del FC Barcelona.

Tito dirigió a Messi, Cesc y Piqué en la segunda vuelta de la temporada 2001-02. El todavía segundo entrenador azulgrana había iniciado aquella campaña como jugador de la Gramanet, pero un problema de rodilla a sus 33 años y diversas dificultades para completar su recuperación derivaron en su renuncia definitiva a la carrera de futbolista profesional y su inminente desembarco en los banquillos.

En diciembre 2001, y tras recibir el beneplácito y apoyo del entonces técnico del primer equipo 'Charly' Rexach, Vilanova volvía a Can Barça, casa que había dejado atrás en 1990 tras su paso como canterano por la entidad azulgrana. Tras la navidad de ese año, Tito se hacía cargo del cadete B, dirigido hasta la fecha por Albert Benaiges -actual responsable del fútbol base del Al Wasl de Dubai-, que ayudaría a Tito en sus inicios, mientras compaginaba su cargo con el Juvenil B.

Un gran analista y motivador

Desde el primer entrenamiento Tito dejó claras sus intenciones de mantener el nivel de exigencia en aquel prometedor cadete B. Algunos compañeros recuerdan al futuro técnico del primer equipo con gran admiración. "Tito nos hablaba de todos los rivales como si fuesen buenísimos y así siempre nos motivaba", señala Julio de Dios <strong>en el libro 'Descubriendo a Cesc' de Jordi Gil.</strong>

El mismo jugador recuerda que Tito "controlaba todos los datos del resto de cadetes. Que si un jugador sumaba tantos goles, que si este es muy rápido o hace estas cosas... Lo tenía todo estudiado. Creo que son unos análisis muy similares a los que hace ahora en el primer equipo". Vilanova conseguía que sus jugadores estuviesen siempre "en tensión y motivados". "Nos daba las consignas justas para no relajarnos pero tampoco nos volvía locos con la pizarra o la estrategia. La justa medida para no bajar la guardia y salir al campo a ganar", añadió De Dios.

Su periplo previo al 'Pep Team'

Vilanova acunaba así a un cadete, el de la generación del 87 con Cesc, Messi, Piqué y Víctor Vázquez como puntales básicos, que un año más tarde agrandaría su leyenda de la mano de Àlex García al conquistar Liga, Copa Catalunya y Campeonato de España y acabar la temporada imbatido. Tito, sin embargo, acabaría abandonando la nave azulgrana con la llegada de la nueva directiva.

El futuro técnico del primer equipo probó entonces fortuna en el Palafrugell, al que no pudo salvar del descenso a Primera Catalana tras media temporada como entrenador. A partir de ahí, Tito ocupó los cargos de director deportivo y secretario técnico en Figueres y Terrassa, respectivamente, hasta que recibió la llamada de Guardiola para aventurarse en el objetivo de ascender al Barça B a la Segunda B. Su éxito en la primera temporada y el declive del Barça de Rijkaard les abriría de par en par las puertas del primer equipo. 

El impulsor de la repatriación de Cesc

Durante sus cinco temporadas secundando el trabajo de Pep Guardiola en el filial y en el primer equipo del Barça, Tito Vilanova rindió siempre a un gran nivel, un hecho que ratificó siempre su gran amigo Pep, que en la celebración de cada título reivindicó el papel clave de su ayudante en los triunfos.

El peso de Tito en las decisiones del entrenador de Santpedor era tal, que convenció a Guardiola de que la repatriación de Cesc Fàbregas debía ser una prioridad. Tal y cómo se revela <strong>en el libro 'Descubriendo a Cesc' de Jordi Gil,</strong> el futuro primer técnico azulgrana defendió su fichaje argumentando que Cesc era "el más competitivo" de los jugadores de su generación. Su objetivo se materializó en agosto de 2011. Una década después y tras heredar el mejor Barça de la historia, que hoy por hoy mantiene su deseo competitivo y su hambre de títulos, Tito aspira a reeditar los éxitos ya cosechados con el que también es recordado como el mejor cadete de la historia del club.