Luis Suárez, nuevo fichaje del Barça

Suárez, desde dentro: admirado y despreciado en Inglaterra

Luis Suárez llegó a Liverpool sin llamar la atención. Tres años y medio después se va de Inglaterra y no ha dejado indiferente a nadie

Juan Morán

Suárez llegó al Liverpool sin hacer mucho ruido. Normal. El ruido lo hacían otros. Era el 28 de enero de 2011 y Fernando Torres estaba a punto de marcharse al Chelsea. Lo hizo tres días más tarde dejando a la sociedad de Anfield en estado de shock. Había partido en 48 horas. Contra el Stoke. No hubo nadie que no fuera al estadio preguntándose cómo iba a ser la vida a partir de entonces. La respuesta a sus dudas existenciales llegó con el gol que certificaba el triunfo aquella noche. Faltaban once minutos para terminar y Suárez, que había salido del banquillo mediada la segunda parte sustituyendo a Fabio Aurelio, ponía el dos a cero en el marcador y terminaba con la incertidumbre de la jornada y, de paso, con las dudas existenciales de la hinchada. 

Han pasado tres años y medio desde la aparición del futbolista uruguayo enfrente de la famosísima grada Kop. Entre medias, una Copa de la Liga, una Final de Copa, un subcampeonato de Liga y 82 goles en 133 partidos. Entre medias también, el incidente racista con Evra, el mordisco a Ivanovic y una fama de tramposo que le venía de cuando en los cuartos de final del Mundial 2010 despejó con las manos un balón que clasificaba a Ghana y que, finalmente, acabó en un penalty fallado y con Uruguay en semifinales por primera vez en 30 años. Esta mezcla de admiración y desprecio es lo que ha definido su carrera en Inglaterra. Y lo que ha hecho que su entendimiento con la gente del Liverpool fuese total. Acostumbrados a ser tratados de manera injusta en demasiadas ocasiones (la tragedia de Hillsbsorough es el mejor ejemplo), los aficionados se vieron reflejados en la lucha de Suárez contra todo y contra todos. "No somos racistas, sólo odiamos a los del Manchester" y "Vamos a hacer una fiesta cuando a Suárez le piten un penalty" son canciones que en los últimos tiempos se han cantado en el campo del Liverpool con la misma pasión que el "You'll Never Walk Alone".

Más allá de sus diferentes episodios en los terrenos de juego, Suárez no es un mal tipo. Al contrario. Los que hemos tenido ocasión de tratar con él en alguna zona mixta que otra, sabemos que es una persona amable y cariñosa. Con él no van los aires de superestrella. Aunque podría. Porque gana partidos él solo. Y sin embargo, es de lo más normal que te puedes encontrar en este negocio. Tan normal que un día en una entrevista nos pusimos a hablar sobre si mi amigo Amador, que había prometido dejarse bigote en caso de que el Liverpool ganara la Premier, debía o no seguir adelante con su plan. Luis, después de sopesar los pros y los contras desde el punto de vista estético, me comentó que si había posibilidades a falta de tres jornadas, estaba en la obligación de aconsejarle a este conocido mío que no se afeitara más. Y así lo hice. Claro. Una lástima que al final se resbalara Gerrard. Seguro que en el Barça habrá más de uno que acabará cumpliendo con sus compromisos de principio de temporada.  

*Juan Morán es periodista de Onda Cero