El Topo del Camp Nou

Song pagó muy caro su exceso de generosidad

En Amsterdam jugó con las botas de Sergio Busquets porque había donado las suyas en su país

SPORT.es

Alex Song jugó seguramente su peor partido como blaugrana el pasado martes ante el Ajax en el Amsterdam Arena. Perdió decenas de balones, se vio desbordado en casi todas las acciones y nunca se encontró cómodo con el balón en los pies. Pues bien, resulta que el pobre Song vivió un auténtico calvario ese día por culpa de las botas que calzaba, que no eran las suyas, sino las de Sergio Busquets, que calza además un número y medio más que él, por lo que nunca pudo sentirse cómodo en un terreno de juego que además no estaba ni mucho menos en las mejoess condiciones.

La pregunta del millón es tan clara como concisa: ¿Por qué Song no jugó con sus botas y tuvo que pedirlas a un compañero con tan nefasto resultado? La respuesta es tan rotunda como sorprendente: por culpa de su generosidad.

Vamos por partes. El 17 de noviembre la selección de Camerún jugaba ante Túnez la vuelta de la repesca de cara al Mundial de Brasil. En la ida habían logrado un 0-0, por lo que el partido en Yaoundé se presentaba con muy buenas sensaciones. Al final se cumplieron los pronósticos y Camerún logró el ticket para Brasil tras una victoria contundente, 4-1. La euforia se desbordó por todo el país y Song se contagió, junto al resto de compañeros, de un ambiente de locura descontrolada. Tanto es así que durante la fiesta de clasificación posterior al partido,  Song y otros compañeros regalaron las camisetas, los pantalones, las botas y todo lo que tenían al alcance a los aficionados más avispados para que los tuvieran como recuerdo.

El hecho es que Song llegó a Barcelona sin sus botas –en principio los jugadores tienen dos pares diarios a su disposición–, por lo que requirió a la marca que le patrocina que se las sirvieran con urgencia. Pero el tiempo corría en su contra, por lo que mientras no llegaba el calzado, el camerunés empezó a probar en los entrenamientos las botas que mejor se adaptaban a su pie, siendo en principio las de Gerard Piqué las más idóneas.

El lunes el equipo viajó a Amsterdam y las botas seguían sin llegar. Entonces Song, que vio como el Tata ensayaba el día antes con él en el once inicial, tuvo que improvisar un calzado entre los jugadores que no estaban en el equipo titular. Y quien se ajustaba más a sus medidas era Sergio Busquets, aunque le iban un número y medio más grande, por lo que no tenía ni el tacto ni la sensibilidad adecuada a la hora de tocar el balón. 

Lo que pasó luego en el Amsterdam Arena lo vio desgraciadamente todo el mundo...