Sergi López: "Con el Barça de Guardiola he llorado"

Sergi López en la sala de ensayo del teatro Poliorama de Barcelona

Sergi López en la sala de ensayo del teatro Poliorama de Barcelona / Ignasi Paredes

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Vuelves a actuar en Barcelona después de mucho tiempo. 

Sí, y es un regalo. Un ejemplo más de que esto que me pasa a mí es un privilegio. ‘Non solum’ se estrenó en 2005 con muy buena prensa y nos apetecía presentarlo junto al ‘30/40 Livingstone’, los dos espectáculos juntos que hemos creado con Jorge (Picó).

Dos espectáculos paralelos. Esto no es usual…

No, pero nosotros tampoco. Tengo muchos amigos actores que en su currículum tienen 70 obras de teatro. Yo igual tengo 6 o 7. Como son obras que escribimos, producimos, interpretamos y distribuimos nosotros si duran 10 años, duran 10 años o 20… como los saltimbanquis, donde nos llaman vamos.

¿Qué tiene de diferente al teatro convencional?

Es un teatro sin referencias. Por un lado es popular, es comedia, por otro lado son espectáculos un poco absurdos, excéntricos, surrealistas… Al público le sorprende la originalidad, que es genuino, que no saben en qué compararlo y esto es algo que se agradece.

¿Cuestionarlo todo es la mejor manera de ser crítico?

Sí, sin duda. Se debe cuestionar todo empezando por lo tuyo, tus convicciones… cuestionar lo que pasa es importante. A veces da miedo porque te arrima al vacío, pero es la única forma de crecer.

Te defines como el ignorante de la pareja con quien trabajas.

Me siento más cómodo definiéndome así. Yo hago cine y no soy un gran cinéfilo, hago teatro, un mundo donde todo el mundo lee mucho, y yo leo poco. Así que me siento más cómodo diciendo de entrada que soy ignorante y así todo lo que voy sabiendo suma. 

Y Jorge es el culto.

Sí, pero también tiene aspectos en el que es ignorante por ejemplo cuando hablamos de fútbol. Se le queda la misma cara que a mí cuando me habla de los grandes pensadores.

Hablando de fútbol y de críticas. ¿Lo eres con el Barça de Luis Enrique?

Sí. Soy crítico en todo. Pero no soy de los que digo no a todo, si fuera así sería un imbécil. Soy crítico con el Barça de Luis Enrique. Con el de Guardiola hay menos margen para serlo porque nos iluminó mucho. Y también soy crítico con el Barça como entidad.

¿Qué es lo que no te gusta?

Lo mismo que no me gusta del mundo en general. Entiendo el gran potencial del Barça de ser ‘més que un club’, pero al final se convierte en un slogan publicitario. Todo tiene que ver con el merchandisign y el dinero. Me gustaría un modelo más parecido al Athletic, aunque no ganáramos tantas Champions o tantas Ligas. Que no viviéramos tanto a la sombra del Madrid, que es un modelo imperial. Tener un modelo menos vinculado a las finanzas y el dinero. A mí ser el más grande del mundo no es algo que me motive.

¿Qué te motiva?

Yo valoro más ser diferente que ser más grande.

¿Cómo viviste la remontada ante el PSG?

La remontada la viví en casa con amigos y fue brutal. Sonaron todas las flautas. Cuando marcó Sergi Roberto nos tiramos todos unos encima de los otros. Son cosas que no puedes prever.

¿Lloraste?

No, y eso que soy de lágrima fácil. Con el Barça de Guardiola sí he llorado.

¿Cuándo?

Con lo bien que jugaban. Aún veo las imágenes de Guardiola corriendo por la banda con su traje y se me pone la piel de gallina. 

¿Eres un tipo positivo?

Imagínate si lo soy que en aquella final ante el Milan cuando íbamos perdiendo 3-0 y todo el mundo tiraba la toalla yo pensaba que marcando un gol todo cambiaría… tengo tendencia a ser positivo.

¡Anímeme con la eliminación de la Champions! 

Supone una cosa positiva. Messi, que es un genio, y los demás verán que puedes ser el mejor del mundo, pero a veces la pelota pasa por el lado de la portería y no entra. Estamos mal acostumbrados. Tendríamos que pensar más en el placer de jugar como pasa en Inglaterra.

¿Qué no tiene este Barça que tenía el de Guardiola?

A Guardiola. El talento es algo tan intangible. Tenemos unos jugadores brutales, pero el mando del barco es determinante. Lo que hizo Guardiola fue muy grande. La única explicación que le encuentro es que este chico de Santpedor tiene una lucecita.

¿Con los años te ha rebajado la pasión futbolera?

No, pero soy menos inocente. Coloco la pasión en lugares diferentes. Yo antes iba a ver el Barça y no me hacía preguntas y ahora no puedo evitar hacérmelas cuando veo Qatar o según qué sponsors… Antes veía a los jugadores, la pelota y el entrenador, y ahora cuando veo lo que es el Barça soy más crítico porque es como un gran negocio.

¿Tú que has trabajado mucho fuera, que has encontrado allí que no tuvieras aquí?

¿Me estás hablando de fútbol?

No, como actor.

Ah, porque de fútbol, nada (risas). 

¿Y en tu profesión?

Encontré al señor Jacques Lecoq, que era el profesor de la escuela a la que fui. Era Guardiola y Cruyff juntos. Con un coco privilegiado, una calidad de discurso brutal, era un tío capaz de hablarte y que lo entiendas todo. Tenía revelaciones y te ayudaba a afilar el ojo crítico.