Sepa qué hizo Sergi Roberto el día después de la remontada

Sergi Roberto revivió con SPORT su gol milagroso

Sergi Roberto revivió con SPORT su gol milagroso / Joan Monfort

German Bona

German Bona

Tres meses y un día después del milagroso gol de José Mari Bakero en Kaiserslautern nació el que desde el miércoles hacia las 22.40 horas es, por derecho propio, el nuevo héroe del barcelonismo. Un guión perfecto, nadie mejor que Sergi Roberto para representar los valores del club de su vida, porque es más culé que la bandera, aquella que ayer, el día después de su apoteósico gol al PSG, ondeó para SPORT en un reportaje fotográfico en el Camp Nou, el lugar de los hechos.

Ahí, mirando todavía alucinado la portería donde todo ocurrió, explicó divertido que pensaba que el balón se iba a ir alto. No tenía que ir al remate, sino quedarse en el rechace, pero Neymar, visionario, le insistió. Podía haber llegado antes Piqué al centro del brasileño, pero le faltaron unos centímetros. Gerard, divertido, así se lo comentó ya en el vestuario y se lo volvió a recordar durante el entrenamiento de ayer, más de dulce ‘resaca’ que otra cosa.

Pero la gloria estaba destinada a Sergi Roberto y desde el momento que marcó, enloqueció. En la grada, su padre, Josep Maria, se emocionó, como los amigos ahí presentes del jugador, gritando como posesos el gol de alguien sencillo, terrenal, a quien vestirse de héroe no va consigo, pero es lo que le toca. Porque este gol ha pasado a la historia.

Quién se lo iba a decir cuando vio que no salía en el once titular en el partido más importante de la temporada. Para otro, hubiera sido un palo. No para el de Reus, trabajador incansable, respetuoso, capaz de jugar hasta en siete posiciones distintas sin rechistar. Esperó su momento y este llegó a un cuarto de hora para el final, cuando sustituyó a Rafinha con 3-1 y en el ambiente ya flotaba la decepción. Pero llegó el cuarto, y después el quinto... y fue en ese justo instante cuando, según confesó a SPORT, se convenció de que lo iban a conseguir. 

éxtasis total

Lo que no se podía imaginar es que el destino le había reservado el papel protagonista. Y llegó su gol, el sexto, y el éxtasis se apoderó del Camp Nou. Fue tal la alegría, tantos los que le abrazaron, que pensó, convencido, que el partido ya había terminado. Y no. El árbitro no había pitado aún el final... pero la proeza estaba hecha.

El vestuario

Ya en el vestuario no fueron pocas las bromas. “Pero si tú no marcas nunca”, le dijeron. Solo unos días antes, frente al Celta, estuvo cerca de marcar en una acción similar. Y falló. El día señalado era otro. En la caseta, los vídeos corrían a raudales entre los jugadores y ahí fue cuando Sergi Roberto vio por primera vez su gol y empezó a comprender la que había ‘liado’.

Ya en casa, en Barcelona con sus padres –su novia llegó ayer–, le fue imposible conciliar el sueño, hasta las 5.30 de la mañana no se durmió, así que aprovechó para ver con tranquilidad los últimos 15 minutos de la ‘remontada’ y contestar los cientos 

de mensajes. El móvil echaba humo.

Sergi Roberto es ya un héroe, sí, pero uno tiene la certeza de que va a continuar con los pies en el suelo. Como siempre. Es un héroe de la casa, el último canterano en subir y asentarse en el primer equipo. Un espejo donde mirarse los de La Masia, un jugador que siempre ha contado con el cariño de sus compañeros y el reconocimiento de sus entrenadores. Guardiola le dijo un buen día a su representante, Josep Maria Orobitg: “Cuídame a este chico de Reus, es muy bueno”.  Luis Enrique fue quien le dio confianza en el filial y quien, cuando las dudas arreciaban sobre su futuro y se contemplaba una cesión, le pidió en su despacho que se quedara, pues sin Dani Alves iba a ser su lateral derecho.

Si alguien se merecía este gol, por lo que representa, por cómo es, por lo que ha tenido que  sufrir,  este  es Sergi Roberto. El héroe inesperado del barcelonismo.