El secreto de la explosión de Neymar

Neymar, en una espectacular acción del FC Barcelona - Valencia (4-2) en el Camp Nou

Neymar, en una espectacular acción del FC Barcelona - Valencia (4-2) en el Camp Nou / AFP

David Salinas

David Salinas

Neymar pasa por su mejor momento. Seguro, rápido, desequilibrante, decisivo... Al brasileño le prueba el 3-4-3 y llega a la recta final de la temporada en un estado de forma y confianza óptimo para afrontar los grandes retos.

La evolución de Neymar en su cuarta campaña en las filas del FC Barcelona ha ido de menos a más. Era previsible después del desgaste, físico y emocional, sufrido en los Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que Brasil soportó una gran presión al no poder fallar.

Neymar no hizo la pretemporada con el FC Barcelona, se perdió la Supercopa de España y los dos primeros partidos de Liga. Empezó en modo diesel, aunque la inercia del oro olímpico le hizo brillar en las primeras citas: cuatro goles en cinco partidos. Después entró en recesión y llegó a encadenar once encuentros sin ver puerta.

El 3-4-3 lo libera de algunas tareas defensivas, tiene la banda solo para él y está en un gran momento de forma: encara, participa y desequilibra.

Entre y enero y febrero su rendimiento mejoró, pero explotó con el cambio de sistema, en el Atlético de Madrid - FC Barcelona del Calderón (1-2). Con el 3-4-3 la misión de Neymar es más vertical al contar la zona ancha con un elemento más. El brasileño, sin despreocuparse de las labores defensivas, puede mirar más hacia adelante que hacia atrás.

Ello le permite estar más tiempo pegado a la línea de cal, tener el campo más tiempo abierto y amenazar con transiciones rápidas por la banda, como hizo el pasado domingo contra el Valencia. En una de ellas fabricó el gol para André Gomes, el 4-2. Fijar la posición ha sido clave para Neymar.

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Por otra parte, ahora no tiene que compartir la zona con el lateral, Jordi Alba o Digne, y tiene menos tendencia a bascular por el centro del área. La mayor parte del tiempo se lo ve en carrera, presto a desbordar, centrar o probar la jugada individual.

De todas formas, tratándose de un jugador como Neymar, el sistema puede ser incluso lo de menos. Con su talento, le basta estar fino, tener confianza y sentirse físicamente al cien por cien, así como estar arropado por sus compañeros, para brindar lo mejor de sí en cada partido. Y es lo que está haciendo para alegría del barcelonista, que espera lo mejor de él en la recta final de la temporada.