Schuster hace las paces con la afición del FC Barcelona

Bernd Schuster hablando con Lluís Canut, en un momento del programa Quan s'apaguen els llums (TV3)

Bernd Schuster hablando con Lluís Canut, en un momento del programa Quan s'apaguen els llums (TV3) / TV3

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Bernd Schuster se ha confesado este domingo ante la afición del FC Barcelona. Habló a corazón abierto. Volvió al Camp Nou para explicar con todo lujo de detalles su periplo azulgrana para el nuevo programa Quan s'apaguen els llums (Cuando se apagan las luces) de TV3, una nueva producción del Departamento de Deportes de Televisió de Catalunya dirigido por Lluís Canut. El alemán hizo las paces con el barcelonismo y dejó confesiones tan contundentes como que en Barcelona "me trataron como Dios" o "lo que viví en Barcelona no lo olvidaré nunca en la vida".

Schuster se presentó ante la hinchada el 16 de noviembre de 1980 en un Barça-Atlético (4-2) de Liga (había debutado en Alicante contra el Hércules). Tenía 20 años. Jugó ocho temporadas (hasta el curso 1987-88) y fue ídolo por su fútbol total, por esas potentes cabalgadas y precisos cambios de juego. Y por su rubia melena que atraía todos los focos. Bernd recuerda así ese día: "Fue amor a primera vista. Total. Fue un flechazo de la gente hacia mi. La gente pensó: "Este tío es de los nuestros" Así fue". Y yo me sentí muy cómodo, contento y feliz de jugar aquí. Vivir en Barcelona hasta un cierto momento fue impresionante".

"Fichar por el Barça fue amor a primera vista. Un flechazo de la gente hacia mi. La gente pensó: "Este tío es de los nuestros". Así fue"

"Entendí que el Barça es más que un club por la afición, por el campo, por la ciudad... No tenía nada que ver con lo que yo había conocido en Alemania. Aquí todo era de la talla XXL", asegura Schuster, para agregar que "muchas veces, hablando con amigos, lo explico. Y les digo que para entender al Barcelona hay que vivirlo. Lo que viví en Barcelona no lo olvidaré nunca en la vida".

"Entendí que el Barça es más que un club por la afición, por el campo, la ciudad... Aquí todo era de la talla XXL"

El alemán fue un poco más allá y dijo que "Aquí (en Barcelona) me he sentido como Dios. Lo he dicho muchas veces. Me trataron como Dios. Yo era un ídolo. Los rubios se cortaron el pelo como yo, a los que jugaban y eran rubios los llamaban como yo... Hubo momentos en los que me asusté por la dimensión que cogía todo. Aquí, por primera vez, vi a un aficionado llorando por perder y me quedé tocado. No sabía qué hacer".

"Aquí, en Barcelona, me he sentido como Dios. Lo he dicho muchas veces. Me trataron como Dios. Era un ídolo"