Luis Enrique confía plenamente en el canario

A Sandro Ramírez le llegó la recompensa esperada

El gol siempre le ha dado muchas alegrías, pero Sandro Ramírez también ha conocido la parte más triste del fútbol

Sandro Ramírez en una imagen del partido del sábado en Helsinki

Sandro Ramírez en una imagen del partido del sábado en Helsinki / sport

Josep Capdevila

Las notables ausencias al iniciar la pretemporada hicieron que Luis Enrique contara hasta con 16 jugadores del Barça B, por ejemplo, en el primer amistoso disputado en Huelva. La lista se ha ido reduciendo a medida que iban llegando los jugadores del primer equipo que estuvieron en el Mundial y los nuevos fichajes y este lunes, el técnico tuvo ya solo a sus órdenes a cuatro miembros del filial.

Y uno de los cuatro que ha "aguantado" es Sandro Ramírez. El jugador canario ha hecho toda la pretemporada con el primer equipo y poco a poco se ha ido ganando la confianza de Luis Enrique. Primero el asturiano ya le prefirió a él que a Dongou, el otro "9" con el que la pasada temporada se disputaba la titularidad en el filial. El camerunés volvió a las órdenes de Eusebio mientras Sandro seguía con los "grandes" e iba teniendo minutos en todos los amistosos. Y el sábado, en Helsinki, a pesar de jugar apenas media hora, Sandro Ramírez marcó su primer gol con el primer equipo del Barça. Y a punto estuvo de marcar incluso el segundo.

Sandro sabe que ahora deberá volver al filial, pero esta pretemporada con el primer equipo ha sido una gran recompensa para él. Una recompensa para saber que el esfuerzo y sacrificio le ha valido la pena. Porque en las dos últimas temporadas, no lo pasó nada bien. En el 2012 se rompió el menisco externo de la rodilla derecha. Y en el 2013 tuvo exactamente la misma lesión pero en la rodilla izquierda. Lo peor para un futbolista. Ver jugar a tus compañeros mientras tu pasas por duras sesiones de recuperación. Su única "alegría" en esa dura recuperación fue que gracias a ella pudo conocer al que siempre ha reconocido que era su ídolo, David Villa, con el que coincidió en alguna sesión. En las dos ocasiones superó su lesión. Y se volvió a reencontrar con su gran amigo, el gol.

Sandro Ramírez tuvo claro desde pequeño que quería ser futbolista. Por eso, con apenas 4 años, ya les pidió a los Reyes Magos un balón de fútbol. Y se lo trajeron. Al año siguiente ya estaba jugando en el Barrio Atlántico y a los siete fichaba por la UD Las Palmas. Llegó al Barça en el 2009 tras participar con la selección canaria un partido contra la selección de Catalunya en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas. Comenzó como cadete y poco a poco ha ido subiendo, mientras también demostraba su capacidad goleadora en las diferentes categorías de la selección española.

Sin ser muy alto, 1,75, es un delantero centro nato, que sabe rematar bien de cabeza y que en los últimos tiempos ha sabido adaptarse más al juego por banda. Si las lesiones le respetan y la suerte le acompaña, los culés podrán cantar muchas veces sus goles.