El Barça se estrella ante el muro de la Juventus

No hubo milagro en el Camp Nou: el Barça se estrelló una y otra vez ante un equipo serio y maduro, una Juventus que supo gestionar el partido con la jerarquía de los grandes de Europa, dejando su portería a cero a pesar de la innegable voluntad del equipo blaugrana, que se despidió de la Champions con todos los honores tras perseguir la remontada del 3-0 de la ida durante más de 90 minutos. 

Fue un partido vertiginoso y desordenado, una montaña rusa emocional: más que ocasiones, el Barça coleccionó acercamientos al área de Buffon. Al equipo blaugrana le sobró excitación y le faltó último pase y puntería para batir a Buffon, que sale imbatido de la eliminatoria. La Juventus, que solo ha encajado dos goles en la Champions, fue un enemigo demasiado sólido en el Camp Nou.  

Luis Enrique recuperó el 4-3-3, con Jordi Alba como lateral zurdo, Busquets, Iniesta y Rakitic en la sala de máquinas y el tridente en ataque. El Barça intentó abrir el campo, jugar por dentro y por fuera, pero superar el entramado defensivo de la Juventus fue una empresa imposible. El Barça no tuvo lucidez en los últimos metros.

Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus, apostó por su once más esperado, con Higuaín y Dybala en punta y con Cuadrado como volante reconvertido en extremo. Lejos de encerrarse en su área, la Juventus empezó el partido presionando alto. El equipo italiano envió un mensaje ambicioso, dejando claro que no se arrugaría en ningún escenario, aunque con el paso de los minutos, el empuje del Barça le obligaría a recular.

Los primeros minutos del partido fueron un agónico intercambio de golpes: el Barça, obsesionado en atacar; la Juventus, dispuesta a morder al contragolpe. No había orden ni táctica, sino vértigo y pulsaciones aceleradas en la grada del Camp Nou.

En el primer cuarto de hora, la Juventus estuvo más cerca del gol que el Barça: lo rozó Higuaín, con un remate que se fue por encima del larguero. También Dybala y Cuadrado, que progresaron sin oposición hasta toparse con Umtiti y Piqué, respectivamente.

Eléctrico neymar, presente messi

El Barça supo resistir las primeras cornadas de la Juventus: con más sufrimiento de lo esperado, el equipo blaugrana ganó metros, se calmó y recuperó la posesión del balón. Empezó a adueñarse del partido poco a poco, gracias en buena medida a la chispa de Neymar, especialmente activo por la banda izquierda, acompañado de un incisivo Jordi Alba. Casi todo el juego del Barça se volcó por el costado izquierdo.

El equipo blaugrana empezó a coleccionar ocasiones: un chut de Rakitic desde media distancia, un balón largo de Messi a Alba que el lateral no pudo rematar ante Buffon, un disparo franco desde el punto de penalti de Messi, que sorprendentemente envió fuera cuando el Camp Nou ya gritaba el gol. El argentino fue el jugador más constante del Barça, pero no tuvo la capacidad para decantar el signo del partido

Un arbitraje desconcertante

El árbitro, el holandés Björn Kuiperstambién acaparó protagonismo, más por omisión que por acción. Simplemente, dejó de pitar la mitad de las faltas. Dejó jugar tanto que los jugadores del Barça no tardaron en desquiciarse con la permisividad del colegiado y la insistencia de la Juventus en cortar el juego con faltas.

Antes de la media hora de partido, Iniesta, Busquets y Neymar ya se las habían tenido con el holandés, reclamándole un arbitraje más justo y menos permisivo con las faltas. El brasileño incluso se jugó la expulsión con una protesta demasiado vehemente y una falta muy dura. En la segunda parte, el árbitro recapacitó y castigó con más coherencia las faltas de ambos equipos.

La calma de la Juventus

En el ecuador de la primera parte, la Juventus dio un paso atrás, pero se defendió con orden y madurez durante todo el partido. Volvió a intentarlo Messi, cuyo doble remate se estrelló primero en Buffon y luego en el lateral de la red. La tuvo también Suárez, con un remate de tijera que se fue lejos de la meta de Buffon. 

Apretaba el Barça: con voluntad, pero sin colmillo. Con ambición, pero sin puntería. No le ayudó su estado de sobreexcitación, ni la jerarquía de la Juventus, que nunca se fue del partido. 

Piqué, uno más en ataque

La segunda parte arrancó con el mismo guión: un Barça absolutamente volcado en ataque frente a una Juventus replegada, pero mortal al contragolpe. Faltaba tiempo y sobraban los riesgos, pero al equipo de Luis Enrique no le quedaba otra opción. Incluso Piqué empezaba a prodigarse en ataque, síntoma de que el Barça ya rozaba la desesperación por abrir el marcador. 

Avanzaba el tiempo y el Barça jugaba sin red: Messi volvió a intentarlo con un disparo desde la frontal, con una falta desde la corona del área, pero sin puntería.

Luis Enrique no tardó en jugar la 'carta Alcácer': el delantero valenciano entró por Rakitic en el minuto 57. El valenciano lo intentó por la banda derecha, jugando de afuera hacia dentro, pero tampoco tuvo la capacidad para cambiar el signo del partido.

un barça sin suerte

Pero al Barça ni siquiera le acompañó la suerte: Messi volvió a tenerla a la salida de un córner, con Buffon ya vencido, pero su remate se fue por encima del larguero. El argentino lo intentó de mil maneras, pero simplemente no tuvo su noche.

Sergi Roberto, el héroe de la remontada ante el PSG, también lo intentó con un disparo desde la frontal: tambien parecía gol, pero también se fue lejos de la portería de Buffon. 

Se apagaba el Camp Nou mientras Luis Enrique quemaba sus últimos cartuchos: entró Mascherano por Sergi Roberto, más que nada para permitir a Piqué volcarse en ataque sin retrovisor. Mascherano, de hecho, estuvo a punto de abrir la lata a falta de diez minutos para el final, pero también se estrelló ante Buffon. 

el milagro imposible

A falta de dos minutos para el final, el árbitro dejó sin señalar un posible penalti por unas manos de Sandro, muy reclamadas por Suárez y Busquets. Una anécdota, en cualquier caso: el Barça tuvo fe, pero se dio de bruces con la realidad. El 3-0 de la ida pesó demasiado. El milagro de la remontada fue simplemente un sueño.