Lo que mal empieza... peor acaba

Cuando un equipo cae en barrena como lo ha hecho el FC Barcelona esta última semana no es por un único motivo. Lesiones, errores tácticos, falta de intensidad, presiones externas, famosas 'manos negras', divisiones y dimisiones... Las crisis, y el Barça está en una de ellas, se crean a partir de pequeños desajustes que, unidos, acaban por explotar de manera virulenta como lo ha hecho el equipo del Tata Martino en siete días para olvidar.

Primero se escapó la Champions en el Vicente Calderón; después se tiró la Liga en Granada y, por último, se perdió la Copa del Rey ante el Real Madrid. Tres dolorosas derrotas reflejo de un equipo sin gol y al que se le recrimina falta de actitud e intensidad. No en vano, el equipo encajó gol en los primeros minutos de esos tres partidos. Koke perforó la meta defendida por Pinto en el minuto 6; Brahimi, en el 16 y Di Maria, en el 10. 

El Barça, sin los recursos de hace unos meses, no supo en ningún momento darle la vuelta al marcador pese a disponer de minutos para ello. La falta de concentración resultó un lastre insuperable para un equipo que se ha acabado por acostumbrar a las desconexiones. En el último mes y medio, el equipo que entrena Martino ha encajado goles en la primera media hora de partido hasta en seis ocasiones (Almería, Valladolid, Real Madrid, Atlético, Granada y, de nuevo, Real Madrid) y solo en dos de ellos ha logrado ganar. Y eso es lo preocupante.

Hasta el Barça de Pep Guardiola tenía arranques difusos como aquellos diez primeros minutos en la final de Roma, la diferencia con el actual equipo es la falta de reacción. La incapacidad de generar ocasiones de peligro y rematar a puerta, todo lo contrario que los rivales del conjunto azulgrana.

De hecho, las estadísticas dicen que los rivales del Barça han logrado gol en la primera media hora de partido hasta en 14 ocasiones. De ellas, solo seis acabaron en victoria azulgrana (Valladolid, Sevilla, Almería y Madrid, Levante y Cartagena), dos en empate (Levante y Milan) y seis en derrota (Ajax y Getafe, además de las cuatro de estas últimas semanas). Un indicativo, sin duda, de la falta de tensión con la que se inician los partidos. 

A lo largo de la temporada, y ante rivales relativamente asequibles, ese handicap se resolvió con facilidad. Ahora, cuando las temporadas y los títulos se deciden, el FC Barcelona se ha visto incapaz de contrarrestar la falta de intensidad en unos primeros momentos de ubicación. Y eso, en competiciones tan igualadas y peleadas como Liga, Copa y Champions, se paga.