Se puede confiar en Bravo

El guardameta del FC Barcelona Claudio Bravo firmó este sábado en Los Cármenes una de esas actuaciones que pueden permitir a su equipo seguir enganchado a la liga.

Al Barça le costó entrar en juego ante un Granada defensivo, lo que hacía recordar al aficionado culé tardes pretéritas donde la espesura del equipo costaron puntos vitales para dar caza al Real Madrid. Rakitic despejó esos fantasmas fusilando a Oier en el minuto 25 y parecía que el seguidor blaugrana podría empezar a respirar tranquilo escapando de los malos augurios que ofrecía el encuentro, unos malos augurios que si no se cumplieron fue en parte gracias a Claudio Bravo. 

Cuando el encuentro iba todavía 1-0 el guardameta sacó una mano prodigiosa a un remate de Javi Márquez desde la frontal. Esa mano pudo haber cambiado totalmente el designio del encuentro ya que supondría un duro mazazo al Barça, que se hubiera marchado a los túneles del vestuario con un empate y un Granada crecido en su propio estadio. 

Antes del descanso, en la siguiente jugada, también detuvo otro cabezazo de Cala, que si bien no exigió la pericia que demostrada en el remate anterior, si dejó manifiesto que el Barça tiene atrás un seguro de vida con el que puede contar los 90 minutos. 

Después del descanso, antes de que el gol de Suárez terminara de sacrificar al Granada, Bravo realizó una intervención acrobática para blocar un balón que Córdoba estaba ansiando rematar, volviendo a impedir que el equipo local se metiera en el encuentro. Algo que haría en el minuto 53 con un gol de Fran Rico desde el punto de penalti, donde el blaugrana adivinó la intención del jugador pero no pudo evitar que el Granada recortara distancias. 

Ya con el 3-1 y con la victoria en el bolsillo, el guardameta siguió haciendo de las suyas. Mostró una gran seguridad aérea y volvió a atrapar un tiro lejano de Rochina sin dejar opción a un segundo remate. 

En definitiva, parece que el FC Barcelona ha encontrado en Claudio Bravo un portero de garantías después de que la marcha de Victor Valdés volviera a dejar al club con la incertidumbre y el miedo a la dura travesía que caracterizó la portería del Barça hasta que llegara el de Hospitalet. Ahora mismo, el chileno es el zamora de la liga con un coeficiente de 0,58 (poco mas de un gol cada dos partidos) seguido de Moyá con un 0,92.