Presión a Luis Enrique

El técnico tendrá que comunicar su decisión una vez superado el primer trimestre del próximo año

El técnico tendrá que comunicar su decisión una vez superado el primer trimestre del próximo año / JOAN MONFORT

Toni Frieros

Toni Frieros

El FC Barcelona, es decir, Robert Fernández como director deportivo del primer equipo, está trabajando ya en la planificación de la plantilla de cara a la temporada 2017-2018. El interés por reforzar la banda derecha con la contratación del lateral portugués Cancelo es una prueba evidente de ello. Y lo está haciendo, como no podía ser de otra forma, con la anuencia, conocimiento y participación de Luis Enrique…sin que a día de hoy se tenga la certeza absoluta de que el técnico asturiano extenderá su compromiso con el FC Barcelona más allá del 30 de junio de 2017, que es cuando vence su contrato. Es él quien señala las posiciones que considera que debe mejorar y reforzar de su plantilla y es Robert Fernández y su equipo quienes buscan, analizan y presentan las diferentes opciones. Así ha sido en estos dos últimos años y así seguirá siendo. 

Sin embargo, este contrasentido (planificar una temporada sin saber si seguirá en el cargo) se produce porque Luis Enrique no tiene prisa por tomar la última decisión y, también, porque el FC Barcelona respeta la posición de su entrenador… hasta cierto límite. A día de hoy, y como ya manifestara el presidente Josep Maria Bartomeu, no hay prisa. Hay tiempo… pero ese tiempo pasa rápidamente y una entidad como el FC Barcelona, por muy unido que esté a su entrenador, por mucho que le respete, no puede esperar hasta final de temporada a saber qué entrenador llevará las riendas de su proyecto deportivo.

Y en este sentido, la obligación del director deportivo, Robert Fernández, es estar preparado para cualquier contingencia y situación. Primero, porque es su obligación. Y segundo, porque el FC Barcelona ha de estar por encima de cualquier entrenador, se llame como se llame. Por eso, Luis Enrique no debería molestarse lo más mínimo si el FC Barcelona, a partir de cierta fecha (podría hacerlo desde el 1 de enero), comienza a hablar con otros entrenadores. El mismo derecho tiene el asturiano de alargar su decisión como el FC Barcelona de cubrirse las espaldas.

La solución está en el término medio. Bartomeu dijo públicamente que “empezaremos a hablar (con Luis Enrique) entre abril y mayo”.  Sin embargo, las recientes declaraciones del entrenador a ‘Barça TV’ han suscitado cierta inquietud incluso entre los que apuestan que Luis Enrique renovará sí o sí: “¿Mi futuro? No lo sé. No tengo ninguna duda de que estoy en el mejor equipo, en el mejor club, con los mejores jugadores, en mi casa, con mi familia, ganando cosas y disfrutando muchísimo, pero también hay una cosa de esta profesión que es dura, que me cuesta, que tiene su parte negativa y que tengo que valorar de cara a próximas temporadas. De todas maneras, sigo planeando el futuro inmediato del club”.

Una cosa es lo que se dice de puertas a fuera (no presionar al técnico) y otra muy diferente lo que sucede dentro del club. Y lo que es evidente es que el FC Barcelona no esperará a Luis Enrique hasta mayo. Es demasiado tarde. No es de sentido común que el club vaya cerrando renovaciones de cara al futuro (Luis Suárez, Neymar, Messi, Rakitic, etcétera...) y no sepa si podrá contar con su entrenador.

La idea es que después del primer trimestre de 2017, superado el mes de marzo, las dos partes se sienten y se tome una decisión. Por lo tanto, estos tres próximos meses serán muy importantes.

Un periodo de tiempo en el que se verá qué opciones tendrá el equipo de conseguir títulos... y ello podría tener una gran influencia e incidencia en la decisión final de Lucho. No sería lo mismo estar en condiciones de repetir el doblete o el triplete que no estarlo. El estado de ánimo en el fútbol lo marcan los títulos. La línea entre la euforia y la decepción es sumamente fina.  De todos modos, le guste o no a Luis Enrique, la presión por saber si continuará le seguirá acompañando.