Pep hace a Messi más goleador

Es un jugador total. Lo hace todo bien. Es un gran pasador, domina el regate, el juego de toque y, con Guardiola, es el mejor goleador del planeta

David Rubio/David Salinas

La impagable decisión de Joan Laporta de situar a Pep Guardiola como técnico del primer equipo ha sido clave para que Leo Messi se destape de manera definitiva como el mejor jugador del planeta y lleve camino de desterrar del Olimpo del fútbol a los hasta ahora intocables Pelé y Diego Armando Maradona.

Antes del relevo en el banquillo, el argentino ya había ofrecido múltiples muestras de lo que sería capaz de alcanzar. Sin embargo, no terminaba de explotar debido a que por aquel entonces era aún demasiado joven y también a que la presencia de un delantero centro a la antigua usanza como Samuel Eto¿o le cerraba los espacios y cercenaba su capacidad de inventar en cualquier posición de centro del campo hacia delante.

En este sentido, Pep Guardiola ha terminado entendiendo que las mejores prestaciones de Leo Messi llegan cuando ocupa la posición de ariete tan solo en la teoría, ya que su enorme movilidad y su capacidad para dominar todos los aspectos del juego lo hacen más letal cuanto más imprevisible sea su ubicación.

A la vista de sus cifras realizadoras, llama la atención que ha ido mejorando siempre sus registros desde la temporada de su debut, si bien en la última campaña de Rijkaard en el banquillo sufrió un ligero descenso arrastrado por los problemas de un equipo que marchaba en una preocupante cuesta abajo.

Con el técnico holandés, el crack blaugrana logró 42 goles en 110 partidos. En la temporada de su debut en el primer equipo con tan solo 17 años, la 2004/05, hizo un gol en nueve partidos (0,11 por partido), en la segunda marcó ocho en 25 apariciones (0,32) y en la tercera se fue hasta 17 'dianas' en 36 partidos (0,47), pero en la 2007/08 su porcentaje realizador vio frenada esa imparable progresión con 16 goles en 40 encuentros (0,40).

Por aquella época, el canterano tenía que buscarse una posición por detrás de Eto¿o o, en ocasiones, de Thierry Henry, lo que permitía a sus rivales fijar con más claridad las marcas en defensa. Desde el primer día, Guardiola le dio toda su confianza, aunque en la primera temporada siguió contando con Eto¿o y en la segunda este papel lo jugó el díscolo Zlatan Ibrahimovic.

Pese a ello, en la primera temporada de Pep, la 2008/09, la efectividad y la magia del argentino se multiplicaron de forma exponencial. En ese curso, un Messi más maduro y cada vez más consciente de sus inigualables posibilidades, marcó 38 goles en 51 partidos y elevó su porcentaje a 0,75 goles por partido.

En la siguiente, con Ibra en el equipo, Leo hizo 47 `dianas¿ en 53 apariciones y se fue hasta los 0,89 goles por partido. Parecía un récord imposible de superar, pero en la pasada temporada y ya actuando como falso delantero centro, Leo Messi lideró a un Barça que hizo morder el polvo al flamante Real Madrid de Mourinho con 53 goles en 55 encuentros (0,96 por partido).

Con dos Balones de Oro seguidos y encumbrado como mejor jugador del planeta pese a que solo tenía 23 años, sus cifras eran cada vez más alucinantes. Leo estaba a un paso de marcar más de un gol por partido de media y parecía decidido a conseguir tamaña proeza.

Y, a la vista de cómo ha comenzado esta temporada, lleva camino de estar muy cerca. En concreto, el promedio realizador del argentino en los 17 encuentros oficiales en los que ha participado en la actual campaña es del 1,29 (22 tantos).

Messi está cada vez más a gusto en el equipo y la llegada de más `jugones¿ a la plantilla como Thiago o Cesc está alimentando aún más su capacidad para inventarse jugadas y combinaciones letales que vuelven locas a las defensas rivales.

Traduciendo esos porcentajes a minutos de juego, Leo Messi marcaba un gol cada 176 minutos a las órdenes de Frank Rijkaard, mientras que con Guardiola esa media se ha visto reducida a un gol cada 87. En la actual campaña ve puerta cada 66 minutos... Y la media sigue bajando.