Leo no había marcado aún lejos del Camp Nou

Otro reto cumplido de Leo

El de Rosario ejerció su papel de crack y cierra de manera inmejorable una serie de tres partidos con siete goles

Enviados Especiales

Leo Messi rompió la maldición que le perseguía esta temporada en la Liga en el momento más oportuno. El argentino no había sido capaz de marcar fuera de casa y apareció en el tiempo de descuento para recoger un balón suelto en el área y batir a Gorka. Un gol que vale un punto cuando los tres estaban prácticamente perdidos después de la desgraciada acción en propia puerta de Gerard Piqué.

Un gol que además le sirvió para estrenarse en La Catedral. El estadio rojiblanco era uno de los pocos que se le resistían y desde ayer también quedará escrito su nombre en uno de los recintos con más leyenda del campeonato. En sus anteriores cuatro presencias, Messi había logrado un triunfo y tres empates, pero nunca había marcado. San Mamés no resistió más y fue golpeado por el genio rosarino cuando el partido ya llegaba a su fin. Leo, por tanto, continúa sin perder en Bilbao y suma un tanto más en su brillante trayectoria.

El equipo necesitaba este gol para no quedarse excesivamente lejos del Real Madrid. El Barça tiene a tiro a los blancos, a solo tres puntos. En un partido puede enjugar la diferencia y, tras el compromiso copero frente a L¿Hospitalet y el parón por los compromisos internacionales, volverá a la carga frente al Zaragoza con el objetivo de seguir peleando por el primer puesto con los madridistas.

La tabla clasificatoria está liderada por el Madrid, pero Messi es el mejor en la pugna por el Pichichi. Cristiano Ronaldo lo había igualado al mediodía con sus tres goles. Ambos se encontraban empatados a trece goles y el argentino se situó un escalón por encima con su tanto. Leo es el máximo artillero de Primera División y el portugués tendrá que seguir mirándolo desde abajo.

El delantero se marchará a la concentración de la selección argentino con la misión cumplida de haber sido el líder del equipo y surgir en un momento extremo. Ayer había sufrido ante un Athletic muy aguerrido y un terreno de juego que no le permitía conducir el balón con su agilidad habitual. En muchas ocasiones se escoró en la banda derecha dejando espacio a Fàbregas en el interior del área para que rematara, como ocurrió en el primer gol blaugrana cuando el de Arenys irrumpió y cabeceó al fondo de la red.

Messi se encontraba con dificultades, pero su instinto nunca le abandona. El balón le cayó a sus pies casi después del error de Gorka y con sangre fría puso las tablas en el marcador. Una aparición providencial y, aunque el punto pudo tener un sabor agridulce, como mínimo compensó el esfuerzo titánico de los jugadores para no marcharse de vacío de La Catedral.

De esta manera, Leo ha puesto fin a una gran semana a nivel particular, que inició el pasado sábado con un `hat-trick¿ frente al Mallorca, continuó con tres goles más en la clasificación para los octavos de final de la Champions en Praga y siguió con la diana de ayer en San Mamés. Siete goles en tres partidos que justo después de que algún crítico se atreviera a cuestionarle. Messi no da tregua y los culés pueden estar tranquilos mientras el equipo dependa de é