FC BARCELONA

Otra campaña contra Neymar

La 'MSN' es básica para que el Barça ofrezca su mejor versión, así que cualquier excusa es buena para desestabilizarla. Esta vez Michael Laudrup se ha convertido en el instrumento y Neymar Junior en el objetivo 

Carl Medjani (derecha) y Neymar durante el Leganés-Barça de LaLiga Santander 2016/17

Carl Medjani (derecha) y Neymar durante el Leganés-Barça de LaLiga Santander 2016/17 / sport

Juan Manuel Díaz

Segunda goleada del equipo de Luis Enrique en cinco días en el Leganés Barça (1-5) tras el monumental 'repaso' al Celtic en el estreno de la Champions 2016/17 (7-0). La 'MSN' golea al completo en ambos encuentros y la derrota frente al Alavés (1-2) se queda en un tropiezo anecdótico, un asunto lejano...

¿Todo perfecto en el Camp Nou? Ni mucho menos. Hay que buscar un nuevo debate, abrir una nueva vía de agua. Más aun con un Barça-Atlético a la vuelta de la esquina, un clásico que se le da especialmente bien a Leo Messi (25 goles marcados).

Michael Laudrup se convierte en el instrumento necesario y las supuestas 'provocaciones' de Neymar Junior son el 'agravio' que justifica una nueva campaña para cuestionar a la estrella blaugrana. ¿Es Neymar Junior un provocador? Para Laudrup sí. El danés incendia las redes sociales con sus comentarios en beIN Sports y la artillería mediática del entorno del Real Madrid se suma rápidamente a la fiesta. 

¿'JOGO BONITO'?

Lo más sorprendente no es que un exfutbolista como Michael Laudrup, que fue un talento futbolístico que daba asistencias a lo 'Magic' Johnson y regalaba 'croquetas' (su famoso regate a dos pies) cuestione a un futbvolista de talento.

Es más chocante que el tradicional 'Jogo bonito' de los brasileños -aquellas mágicas bicicletas del Robinho madridista- se transforma en chulería cuando Neymar se enfunda la camiseta del Barça, de la misma manera que el rondo barcelonista debe ser el 'tiki-taka' de la Roja para recibir el aprobado. Las fintas, los regates de Neymar están de más aunque frente al Celtic firme cuatro asistencias y un gol y ante el Leganés fuerce un penalti y marque el 0-3.

Las patadas, los derribos, los agarrones, los codazos... de los defensores del Leganés son interpertados como gajes del oficio. Picardías, armas necesarias para frenar a Neymar que comete el pecado de tener uno contra uno, velocidad y calidad técnica para manejar el balón y decidir en cada momento qué hacer: retener el balón para permitir que se incorporen los compañeros, encarar a su par (o pares) para desbordar una línea rival, o saltar para evitar una patada especialmente fuera de lugar o peligrosamente dura.

DEBATE 'OPORTUNO'

El debate es perfecto -y oportuno- en vísperas de un Barça-Atlético que se adivina como una nueva guerra de trincheras. El equipo del Cholo Simeone es 'intenso', como habitalmente comprueban los jugadores del Barça, la mayoría tan poco provocadores como Leo Messi, al que Filipe Luis intentó poner en 'orbita' el pasado mes de enero. Otra cosa es que el genio de Rosario tenga al equipo rojiblanco como una de sus víctimas favoritas.

En última instancia, si un futbolista, además de correr, trabajar en defensa, asistir a sus compañeros, desequilibrar a las defensas rivales y marcar goles... Si además de todo eso, Neymar puede dar un pase de rabona, controlar el balón a pie cambiado o regatear a un rival con un 'sombrero' o una sotana ¿es un virtuoso o es un provocador? Si un codazo, un manotazo en la entrepierna o un agarrón del pantalón es una astucia, ¿pisar el balón como respuesta es una afrenta imperdonable?

Ese supuesto debate debería acabar de manera inmediata si respondiéramos esas preguntas y otra todavía más obvia: ¿Qué se debe castigar, una acción violenta que perjudica el juego y lesiona al rival o una forma de jugar, aunque desquicie al contrario?