El análisis

Objetivo: recuperar a Messi

Messi acumula cuatro partidos de Liga sin marcar. Sus números son buenos, con 12 goles en 14 partidos, pero no parece que sus sensaciones sean las mismas

Xavi Torres

Los tres partidos de la semana pasada, esos 270 minutos jugados contra el Real Madrid, Celta y Espanyol, esas tres victorias van a servirnos para el análisis de la situación de Leo Messi en el equipo. A pesar de que la dinámica de resultados es excelente el fútbol exhibido por el argentino ha abierto el debate en el mundo del fútbol. 

1. LOS RESULTADOS SON BUENOS

Efectivamente, los números son excelentes. A nivel colectivo, nada que objetar. Líderes en la Liga, con 11 victorias y un empate, y también en Europa, con 7 puntos sumados de 9 posibles. A nivel individual, como decíamos, 12 goles en 14 partidos. Sin embargo hace dos años y dos meses que el argentino no encadenaba cuatro partidos de Liga sin ver puerta. ¿Hay alguna explicación para entender este paréntesis goleador del mejor jugador del mundo?

2. TRES LESIONES MUSCULARES

La primera de las consideraciones a realizar es que el 10 ha empezado la temporada con tres lesiones musculares que han condicionado su puesta a punto. El 10 de agosto, en plena pretemporada asiática, se sobrecargó el cuadriceps de su gloriosa pierna izquierda. Once días después, en plena Supercopa contra el Atlético, sufrió una pequeña lesión en la misma zona. Finalmente, durante el Almería-Barcelona del 28 de septiembre se lesionó el bíceps femoral pero de la otra pierna, la derecha, lo que le obligó a descansar dos partidos. Ya hace tres semanas que ha regresado pero todavía no ha llegado a su estado óptimo. Él mismo lo ha reconocido en su cuenta de twitter. No es una situación preocupante porque el 10 va a coger su ritmo jugando y porque su talento es tan mayúsculo que los goles van a llegar en cualquier momento. Eso sí, de la misma manera que él ha mantenido durante mucho tiempo al equipo, el equipo debe ahora estar a la altura.

3. JUEGA DE EXTREMO CONTRA EL MADRID

Sus problemas físicos y los últimos resultados contra el Real Madrid llevaron al Tata Martino a buscar alternativas para ganar al equipo de Ancelotti. En entrenador del Barça tomó buena cuenta del Barça-Madrid de Copa de la temporada pasada en que Ramos Varane desde la posición de central y Alonso Kehdira en el medio centro enjaularon a Messi para que no recibiera balones. El equipo de Tito cayó 1-3 y dijo adiós a la competición. Además, Martino quedó satisfecho del último cuarto de hora del Milan-Barça (1-1) de la última jornada de Champions en que Cesc jugó por dentro y Messi en el extremo derecho.

Por todo ello, ante el Madrid, Messi jugó de 7, Cesc de 9 y Neymar de 11. El equipó ganó pero Messi apenas llegó tres veces al área blanca (minutos 20 –una gran ocasión en un mano a mano con Diego López que chutó fuera-, 25 y 77) y sólo acertó un remate entre los tres palos. Además, no intervino en las jugadas de los goles, un hecho muy poco habitual.

4. CONTRA EL CELTA Y EL ESPANYOL, DE 9

En los otros dos partidos de la semana volvió a su posición de falso 9. En Vigo estuvo más activo e incluso asistió a Cesc en el 0 a 3 pero en el descanso las estadísticas decían que sólo cinco jugadores de su equipo habían tocado el balón menos que él. Al final chutó 10 veces a gol, la mayoría culminando los contrataques del final del partido ya con el Celta de Luis Enrique roto por la goleada y buscando maquillar el marcador. Contra el Espanyol volvió a jugar centrado (excepto en algunos momentos de la primera parte a partir del minuto 20 y hasta el descanso) pero apenas pisó área (minutos 15 y 53) y sólo vio puerta en dos ocasiones siempre con buena respuesta de Casilla. Y una vez más, nada tuvo que ver con el gol de la victoria.

5. DEBE VOLVER AL ÁREA Y DEJAR LOS EXTREMOS

Si miramos los gráficos de intervención de los tres partidos en cuestión veremos que Messi apenas llega al área. Cuando Pep Guardiola cambió su carrera aquel legendario 2 de mayo de 2009 en el Bernabéu (Real Madrid, 2 – Barcelona, 6) colocándolo de falso delantero centro el argentino se convirtió en el centro de las operaciones del equipo. A partir de su posición, el equipo generaba unos espacios para que, a través de unos mecanismos muy estudiados, el propio Messi (la mayoría de las ocasiones) o algún compañero los aprovecharan para marcar. El 10 se convirtió en el mejor jugador del mundo y, además, en el más goleador. Durante las cuatro temporadas que siguieron a la decisión de PepMessi anotó 47, 53, 60 y 60 goles respectivamente. Una locura.

El equipo giró a su alrededor a base de generar superioridades en el centro del campo y gracias a un veloz fútbol combinativo con XaviIniesta Sergio de acompañantes de lujo. El Barça se convirtió en un referente mundial, cada vez más estudiado, cada día más vigilado. Guardiola se agotó y Tito Vilanova enfermó. Llegó la hora del Tata Martino y de sus matices que han servido para cambiar algunas cosas de la idea inicial. Y en este proceso de adaptación anda el equipo y también Messi.

El fútbol más directo que hace destacar en ataque a Cesc Alexis y en defensa a Valdés y que quita el cartel de intocables e indiscutibles a Xavi Iniesta, por ejemplo, complica ciertos automatismos que hacían sentir a Messi muy cómodo. Desde luego en su hoja de ruta no cabe la posibilidad de regresar al extremo ya que ahí su rendimiento pierde enteros y protagonismo, y hay demasiados aspectos individuales y colectivos en juego. La decisión del Tata de llevarlo a la banda para jugar contra el Real Madrid no va a repetirse más que en momentos muy concretos de partidos muy puntuales. Además de no defender (es impensable que Messi se ponga a correr tras un lateral de manera continuada durante los 90 minutos de juego) el equipo pierde tanto potencial ofensivo que a Martino ni se le pasa por la cabeza regresar al pasado. Messi es una amenaza cerca del área como rematador y como pasador además de la gran capacidad que tiene para forzar faltas o penaltis. Para el rival, cuanto más lejos del área, mejor. “¿Jugar de 7? ¡Fantástico!”, pensarán los entrenadores rivales. No olvidemos que lo más difícil en el mundo del fútbol es hacer un gol y esa es, precisamente, la gran cualidad del argentino. Cuanto más lejos del área más difícil llegar, más distancias que cubrir, más esfuerzo físico... todo lo contrario de lo que necesita Leo.

6. ALEJARSE DEL ÁREA PARA NO DESCONECTAR

El problema para Messi es que la reducción de la pausa en el juego del Barcelona lo desconecta durante muchos momentos del equipo. Si los defensas o los centrocampistas juegan en largo para las carreras de Pedro, Alexis, Cesc o NeymarMessi ve como los balones le pasan por encima sin opción a participar. Por eso, si miramos los gráficos vemos a Messi centrado pero demasiado retrasado, juntándose con Xavi Iniesta, tocando en corto para tomar contacto con su querido balón. Contra el Real Madrid tocó 65 veces el balón; contra el Celta, 62 y ante el Espanyol, 56. En sus mejores épocas rozaba las 90 intervenciones por partido. En el momento que se aleja y llega un pase profundo, a Messi ya no le da tiempo de llegar al remate. Cada vez son menos frecuentes las apariciones de Leo por sorpresa (en el último partido, por ejemplo, ante el Espanyol, una sola llegada con remate de cabeza a los 53' tras centro de Alves) ya que le es imposible aprovechar los espacios que él mismo ha generado con las líneas tan separadas. Messi vive hoy, más que nunca, de los balones al pie porque correr al espacio necesita de físico (ya hemos dicho que todavía no lo tiene) y del juego en bloque (equipo junto) de sus compañeros. Que nadie pretenda la batalla aérea y en solitario del crack ante balones largos. Para jugar así en el mundo hay 100 delanteros mejores...

¿Son malos para Messi los nuevos matices del Tata? Puede que se acerquen a la versión del fútbol más vertical de la selección argentina donde Leo jamás ha destacado como lo ha hecho en el Barcelona pero la realidad numérica del equipo es tan indiscutible que difícilmente hay nada que objetar. La tan conocida ‘Messidependencia’ de otras temporadas parece que ha desaparecido pero da la sensación que sin el mejor Messi el Barça no va a ser candidato a repetir épocas gloriosas. Antes el equipo vivía en la excelencia numérica y futbolística y, ahora, sólo en la de los resultados. ¿Es eso malo? No, por supuesto, simplemente es diferente pero lo que es evidente es que la mejor versión blaugrana necesita del mejor Leo Messi. La salud del equipo pasa por recuperar las mejor de las sensaciones de su estrella ya que las diferencias de potencial de los equipos de la liga española apenas ponen en peligro la hegemonía azulgrana pero Europa es otra cosa. Y Europa, una temporada más, es un evidente objetivo del Barcelona.

7. EL FACTOR NEYMAR REPARTE PROTAGONISMOS

Además la contratación de Neymar reparte protagonismos. El brasileño ha ganado jerarquía entre sus compañeros hasta el punto de que el Barça se ha convertido en un equipo que ataca más por la izquierda que por la tradicional banda derecha de Dani Alves. Si observamos los gráficos veremos que Messi apenas pisa el frente de ataque izquierdo. A pesar de contar con una aparente libertad de movimientos la realidad demuestra que su campo de actuación ha quedado más limitado y, por tanto, con menos opciones de sorprender a sus rivales. La medida puede ser hasta cierto punto lógica por cuanto la presencia de Neymar también es extraordinariamente amenazadora para las defensas rivales. Para el Barça es una bendición la presencia de ambos jugadores... siempre y cuando los dos se sientan cómodos. ¿Lo están? Perfecto. ¿No lo están? El entrenador debe intervenir para crear el mejor clima para ellos con el objetivo de beneficiar al grupo a corto y, sobre todo, a largo plazo. Aunque el fútbol no es matemático un equipo que cuenta en ataque con Neymar Messi tiene muchas más posibilidades de levantar los grandes trofeos que el que no los tiene. La perspectiva del tiempo dictará razones.

8. HAY QUE DAR TIEMPO AL TIEMPO

Que nadie dé a Messi por muerto. Debería tener el crédito que a él le de la gana ya que nadie le supera en exigencia. Es el mejor jugador del mundo y tiene ante sí una temporada muy ilusionante. Enseguida llega el ‘Balón de Oro’ y tras él dos objetivos apasionantes: repetir éxitos en el proyecto de su compatriota Martino y llegar al cien por cien a final de temporada para disputar el Mundial de Brasil. Milan y Betis lo saben y, evidentemente, ya están en guardia.