Montoya ya vivió el calvario de Aleix Vidal

Martín Montoya ascendió al primer equipo la temporada 2011-2012. Lo hizo gracias a una de aquellas cláusulas de ascenso obligatorias que se dejaron de incluir en los contratos. "El Camp Nou se gana en el césped, no en los despachos", aseguraban entonces en las oficinas del Barcelona. Pero, más allá de la cláusula, Montoya tuvo protagonismo de la mano de Tito Vilanova. 

El lateral derecho, canterano desde los ocho años, aprovechó la lesión de Dani Alves a final de temporada para salir de inicio en la final de la Copa del Rey que el Barcelona jugó frente al Athletic en Mestalla, el 25 de mayo de 2012. Los blaugrana ganaron 3-0 y Montoya acabó siendo titular en las cuatro últimas jornadas de Liga. Esa misma temporada había debutado en Champions y marcado un tanto al BATE Borisov durante el mes de diciembre.

La llegada del Tata Martíno, la temporada siguiente, restó protagonismo al futbolista, que debía competir con Dani Alves. Pero fue Luis Enrique quien acabó condenándole a salir del club relegándolo a ser un futbolista de relleno en el equipo. Montoya y Luis Enrique nunca llegaron a congeniar, ni personal ni futbolísticamente, lo que acabó derivando en una situación incómoda, sobre todo para el jugador.

La prueba es que aquel año Montoya entra en 22 convocatorias, pero solo acaba participando en diez partidos, eso sí, nueve como titular. El de Viladecans tuvo que soportar rachas como la que vivió de finales de septiembre a principios de diciembre de 2014, en los que no sumó ni un solo minuto. Martín decidió, a final de temporada, marcharse cedido al Inter de Milan, donde tampoco jugó. En enero decidió marcharse al Betis para ser titular indiscutible. 

Este pasado verano volvió a coincidir con Luis Enrique porque se presentó junto a Tello en la pretemporada, pese a que el club les había dado permiso para ausentarse al no contar para el entrenador asturiano. "La verdad es que la relación ha acabado bien, nos hemos saludado y nos hemos deseado suerte cada uno", dijo escuetamente antes de vestirse con la camiseta del Valencia. En su fuero interno a Martín Montoya le quedará siempre la sensación de no haber podido demostrar en el Camp Nou que tenía nivel para ser el recambio de Dani Alves. Aleix Vidal está pasando, en estos momentos, por lo mismo que pasó él.