Messi, el Mundial de su vida

Argentina enloqueció con Messi

Argentina enloqueció con Messi / AFP

Dídac Peyret

Dídac Peyret

La historia de  Messi con Argentina ha sido a menudo una historia de soledad. Incluso de amor no correspondido y fatalidad. Soledad fuera del campo por ser tratado como un extraño. Y soledad en el césped por la falta de apoyos futbolísticos.

Con los tres goles de Messi a Ecuador, Argentina subrayó que, en lo futbolístico, el equipo empieza y acaba en el ‘10’. Pero también reivindicó a Leo como uno de los suyos.

Esa herida (la de no sentirse querido por su país) seguramente quemaba más que no haber celebrado un Mundial. “Basta de Dios es argentino. Ahorrémonos la insensibilidad de no ver que por Argentina, Messi sufre como un condenado. Reconozcámosle de una vez que él eligió la condena de ser argentino”, escribió ayer el columnista de ‘Olé’, Jorge Mario Trasmonte.  

“¿Querían a Messi? Aquí lo tienen, carajo”, cantó la televisión argentina con el tercer tanto de Leo. El gol del Mundial, el de la tranquilidad, el grito de un país que canta a viva voz sus penas y sus éxitos.

Una hinchada de extremos que durante mucho tiempo llamó a Messi “pechofrío” en contraposición a Maradona. Una leyenda.  Una sombra inmensa. Y una comparación perdida de antemano, porque Diego siempre fue Diego para los argentinos. 

Terminemos con la boludez de que Messi no es argentinoCambiemos la ligereza de pensar en el multimillonario que vive en Europa y no siente la camiseta por la pregunta de si nos lo merecemos”, se preguntaban ayer en Argentina. Nada extraño, porque Messi resucitó a un muerto, a una selección inmersa en la angustia del peso de la camiseta.

Lo hizo con tres goles memorables y una actuación que reconocieron sus compañeros. “Te quiero Messi. Venid venid, cantad conmigo que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Messi, todos la vuelta vamos a dar”, le cantaron el vestuario. 

Argentina estará en el Mundial tras ver de cerca al abismo y lo hará con un Messi en plena madurez. La albiceleste ya sufrió para ir a México 86 y el resto es historia. “Hubiera sido una locura para Argentina no clasificarse”, reconoció el ‘10’ tras el encuentro.  

Para él será su cuarto Mundial. También la gran oportunidad (tendrá 31 años) de su carrera para sellar un vínculo eterno con su país. Para Sampaoli no hay una deuda con la albiceleste. “Messi no le debe un Mundial a Argentina. Es el fútbol el que le debe un Mundial a Messi. Es el mejor de toda la historia”.  

Después de la épica, fútbol

Ni Dybala. Ni Higuaín. Ni el ‘Kun’. Ni siquiera Di María. Ninguno ha logrado ser una ayuda fiable para el ‘10’ en Argentina. Desde noviembre 2016, Messi ha anotado todos los goles de Argentina. Unos datos abrumadores que explican el papel superlativo (no se recuerda una albiceleste con tanta dependencia del ‘10’) del mediapunta.

“Hubo tristeza, tensión, de todo. Esa es la realidad. Nos hicimos fuertes puertas adentro y pudimos sacar las cosas positivas que tenía el equipo. Nos hubiese encantado llegar de otra manera y no con la soga al cuello pero se dio así”. Lo dice Messi y Argentina se agarra al sueño. 

Tras la angustia la afición espera que la selección supere el bloqueo y algunos jugadores vuelvan a ser reconocible. Tras la épica, se impone hablar de fútbol, del juego, para que Argentina sea algo más que Messi. “Desesperados por ganar nos olvidamos de jugar”, recordaba ayer en ‘La Nación’ Ezequiel Fernández Moores.  

Nadie duda ya de la contribución del ‘10’  (“Messi siempre juega como Messi”, tuiteó ayer Pablo Aimar), pero también que nunca fue fácil con Argentina. Su debut en 2005, cuando fue expulsado un minuto después de debutar, ya auguraba sobresaltos. En Rusia podría quitarse la espina en el mayor de los escenarios. El Mundial de su vida.