'Messi. El niño que siempre llegaba tarde [Y ahora es el primero]'

Messi, un líder que solo se inquieta frente al atril

'Debate' publicará en breve una biografía del crack, escrita por Leonardo Faccio, que muestra su faceta más íntima

Redacción

Leo Messi es un hombre de pocas palabras, sin embargo su fútbol ha hecho correr ríos de tinta. En breve, el periodista Leonardo Faccio ¿distinguido en 2008 con mención de honor por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano¿ publicará una biografía sobre el crack azulgrana bajo el título `Messi. El chico que siempre llegaba tarde [Y ahora es el primero]¿, en el que intenta mostrar el perfil más humano e íntimo del mejor jugador del planeta.

La revista mensual `Quimera¿ ofrece en su último número un adelanto del perfil que publicará próximamente `Debate¿. “Lejos de la pelota, Messi es una persona de rutinas, predecible, es consciente de su genialidad y con una personalidad en construcción”, dice el autor del perfil en una entrevista publicada por la revista. Faccio asegura que Leo, hombre sencillo, tiene también aficiones sencillas, “no le gusta leer, él tiene una misión de vida y considera distracciones indeseables casi todo lo que pueda apartarlo de su objetivo”.

En el capítulo que la revista adelanta, Faccio recurre a Juan Sebastián Verón, quien fue compañero de habitación de Leo durante el Mundial de Sudáfrica. El centrocampista define al genio como un hombre tranquilo, “no se pone tenso en el vestuario antes de entrar en el terreno de juego, (...) en cambio Valdano recuerda haber visto a Maradona asustado” y continúa explicando que “Maradona, igual que Messi, siempre era el último en levantarse de la cama, como si se hubiese olvidado del partido”. Verón o el masajista de la albiceleste eran los encargados de despertar al jugador por la mañana.

El `Brujita¿ desvela en el libro que solo ha visto ponerse nervioso al delantero en una ocasión, “Maradona llamó a Messi para decirle algo. Quería darle el brazalete de capitán. Esos días vi a Lio nervioso por primera vez. No era la responsabilidad del liderazgo lo que incomodaba a Messi. Lo que lo desvelaba era que tenía que dar un discurso a sus compañeros (...). A Messi, el privilegio lo dejaba mudo. No podía arengar a sus compañeros por SMS”. La biografía explica cómo cuando jugaba en el Cadete B, durante la cena de despedida del torneo en Suiza en que derrotaron al equipo anfitrión, “subió al escenario un futbolista profesional para hacer jueguitos con una pelota. Los compañeros de Messi, disconformes con la exhibición, obligaron a la Pulga a subir al escenario. El niño prodigio exhibíua con el balón un desparpajo que no mostraba fuera del terreno de juego”. Para conocer más detalles, habrá que esperar al relato completo.