OPORTO-BARÇA

Messi, Eto'o y Deco brindaron por los viejos tiempos

El homenaje a Deco, en su despedida del fútbol, se convirtió también en el recuerdo del Barça que ganó la Champions de 2006

E. Blasco

Deco se despidió del fútbol entre amigos este viernes, en un Estado do Dragao lleno a rebosar, que pudo disfrutar de los vestigios de fútbol que todavía muestran algunos de los que compartieron generación con el portugués, así como del toque de los que todavía permanecen en activo como Samuel Eto’o o el propio Leo Messi, la estrella del partido junto al anfitrión Deco.

El homenajeado, que jugó la primera mitad con el Oporto de 2004 y la segunda con el Barça de 2006, fue de los que hizo buena la frase de “quien tuvo retuvo”. Crecido por saberse protagonista, de sus botas salió la asistencia del segundo gol del Oporto (McCarthy, 14’).

Aunque era un día para disfrutar y pasarlo bien, los primeros minutos mostraron a unos jugadores un tanto encartonados, a lado y lado del terreno de juego, muy pendientes de no cometer errores garrafales. Poco a poco, se fueron relajando y regalaron imágenes tan curiosas como la de Ludovic Giuly, descansando en el banquillo del Oporto, después de una cabalgada por la banda, con los jugadores portugueses haciéndole masajes en las piernas.

Uno de los momentos más esperados del encuentro llegó en la segunda mitad, cuando saltaron al terreno de juego Leo Messi y Samuel Eto’o, con Deco vistiendo también la camiseta azulgrana. Habían pasado seis años desde la última vez que argentino y camerunés habían formado pareja de ataque, pero en Oporto demostraron que su conexión todavía está vigente. Messi se fue en carrera de sus defensores y cuando llegó a la línea de fondo se la cedió al camerunés, que remató a placer.

El triángulo formado por Eto’o, Messi, Deco fue letal. Messi, que hasta entonces había recibido los silbidos hostiles de un público portugués adverso, empezó a ganarse la simpatía del público. Sobre todo, después de que su estrella, el homenajeado de la noche, Deco, marcara con la camiseta del Barça. El portugués no tuvo más remedio que pedir disculpas a las gradas.

El público echó de menos la presencia de Ronaldinho, quien no pudo viajar a Portugal para estar junto a su gran amigo Deco por no recibir permiso de su actual club, el Atlético Mineiro brasileño. Otras ausencias señaladas fueron los entrenadores Frank Rijkaard y José Mourinho.