fútbol-champions league

Messi, diez años haciendo 'teatro del bueno'

Se cumple una década de la primera gran exhibición europea del argentino, ante el Chelsea de Mourinho, que le acusó de hacer "teatro del bueno" por provocar la expulsión de Del Horno 

Messi y Del Horno, en el partido de 2006

Messi y Del Horno, en el partido de 2006 / sport

Javier Giraldo

Parafraseando a Gerard Piqué, no sería descabellado afirmar que aquel día empezó todo: aquel 22 de febrero de 2006, hace ahora diez años, comenzaba oficialmente una de las relaciones más tensas y complicadas de la historia reciente del fútbol, la de José Mourinho y el Barça. Un divorcio amargo, propio de los que en su día se quisieron de verdad.

El portugués había dado sus primeros pasos como entrenador en Can Barça (traductor, lo llamaban sus detractores), pero a la primera ocasión, vomitó todo su rencor contra el Barça. En realidad, Mourinho ya se había enfrentado una temporada antes (2004-05) al club blaugrana en los octavos de final de la Champions, una eliminatoria muy tensa y adornada por las perlas del técnico luso (“en cien años de historia, el Barcelona ha ganado una Copa de Europa; yo en tres años como entrenador ya he ganado una”, dijo), en la que el Chelsea tumbó al Barça en los octavos de final (2-1 en el Camp Nou, 4-2 en Stamford Bridge) así que un año después, la revancha estaba servida: el Barça de Rijkaard, más maduro que un año antes  y ya con Messi en el primer equipo, visitaba el Bridge para iniciar las eliminatorias de Champions.

Era el 22 de febrero de 2006. El partido lo revolucionó desde el arranque el menudo jugador argentino, en su primera gran exhibición europea. Messi desquició al Chelsea y sobre todo al lateral zurdo, Asier del Horno, el encargado de frenarle. A las primeras de cambio, el jugador vasco intentó frenarlo con una escalofriante patada en la rodilla, pero el árbitro noruego Terje Hauge se hizo el sueco. La segunda, tan dura como la primera, no la pasó por alto. Del Horno fue expulsado con roja directa en el minuto 37 del partido, que acabaria 1-2, con goles de Terry en propia puerta y de Samuel Eto’o. El Barça rompía la fantástica racha del Chelsea, que llevaba 49 partidos oficiales sin perder en Stamford Bridge. 

amenazando con el filial

Y Mourinho no supo digerir tantas malas noticias y se sentó ante los periodistas dispuestos a reventar la eliminatoria desde la sala de prensa. “¿Vamos a retirar la roja a Del Horno? ¿No le suspendemos? ¿Puede jugar el partido de vuelta en Barcelona? ¿O vamos a suspender a Messi por hacer teatro? Ha hecho teatro. Catalunya es un país de cultura y sabéis lo que es teatro del bueno, teatro de calidad. Yo he ido al teatro en Barcelona y puedo asegurar que es del bueno. Pueden castigarle con un partido de suspensión para que el niño aprenda, aunque mejor que no aprenda porque sabe mucho. La cuestión es que el resultado final no lo cambian”, lamentó el entrenador portugués. 

Mourinho no se quedó ahí (aunque la frase del teatro sigue, aún hoy, en la memoria del barcelonismo) porque amenazó con jugar el partido de vuelta con el equipo filial. “Ahora la cuestión es si vale la pena ir a Barcelona para discutir la eliminatoria o no. Si no podemos, vamos con el equipo B y me reservo a los jugadores para la Copa de Inglaterra o la Premier”, dijo. Del pésimo estado del césped de Stamford Bridge, impropio de un equipo de Champions, Mourinho no dijo ni una palabra. 

"'¡Vete al teatro!"

La vuelta se jugó el 7 de marzo de 2006 en el Camp Nou: Ronaldinho adelantó al Barça y Lampard empató en el descuento, cuando el Estadi ya celebraba la clasificación para cuartos mofándose del entrenador rival. “¡Vete al teatro, Mourinho vete al teatro!”, cantaba la grada del Camp Nou. Y en la rueda de prensa posterior al partido de vuelta, Mourinho volvió a hacer referencia al teatro: se le preguntó por la simulación de Terry en el penalti que dio lugar al empate de Lampard y ‘Mou’ respondió: “Barcelona tiene grandes teatros, pero Londres es, después de Nueva York, la ciudad más importante en cuanto a espectáculos". Mourinho en estado puro

Para el Barça, aquella historia tuvo final feliz, porque el equipo acabaría coronándose en París tras dejar en la cuneta al Benfica en los cuartos de final, al Milan en las semifinales y superar en la final al Arsenal. De aquella eliminatoria ante el Chelsea, apenas quedan supervivientes en ambos equipos: solo Terry, Iniesta y Messi. 

En la temporada siguiente, Barça y Chelsea volvieron a verse las caras en la Champions, pero en la fase de grupos (1-0 en Londres, 2-2 en el Camp Nou). Mourinho no se volvería a cruzar con el Barça hasta 2010, ya como entrenador del Inter de Milán, en aquella semifinal de los aspersores. 

Años después, en agosto de 2013, Mourinho recurrió a un símil muy parecido al del teatro, pero para refererirse a otro de los clubes en los que trabajó. En esa ocasión, el Real Madrid. “No es mi película. Dije lo del verdadero Ronaldo porque fue el primero. Si me preguntas quién es el verdadero Muller, si Thomas Muller y Gerd Muller, te digo éste último. Para mí es el primero porque es el más antiguo. Es una película que se han montado en Madrid, que es la ciudad del cine”, respondió, ya como entrenador del Chelsea, al hilo de un debate que habían generado sus propias palabras, calificando de verdadero Ronaldo al brasileño, y no a Cristiano Ronaldo.