CONFIDENCIAL SPORT

Mathieu y la ley del silencio

Jérémy Mathieu se considera maltratado por la prensa y reducirá a la mínima expresión sus comparecencias ante los medios

Mathieu

Jéremy Mathieu / sport

Tomàs Andreu

Mathieu anda enfadado. En las últimas semanas la fortuna no le ha sonreído en su rutina diaria como blaugrana. Entre problemas físicos y algunas consideraciones técnicas, el defensa francés ha visto cómo su presencia sobre el terreno de juego se desvanecía en favor de un asentado Mascherano e incluso de un muy mejorado Marc Bartra. Ya sea por uno u otro motivo, el galo ha disputado pocos minutos y la mayoría de ellos en esos partidos considerados como de ‘menor trascendencia’. Pero el colmo de las desgracias ha llegado en los últimos días. Poco dado a entrevistas y comparecencias ante la prensa, decidió hacer una pequeña excepción... Y días después se arrepiente profundamente.

A Mathieu, como a muchos de sus compañeros, no le gusta en exceso conceder entrevistas. Sin embargo, la mayoría entiende que forma parte de su profesión y que lucir el escudo de un club como el FC Barcelona conlleva estos pequeños ‘sacrificios’. En este caso, Jérémy concedió una entrevista a radio RMC. La charla fue de lo más jugosa y brindó unas declaraciones que han levantado una notable polémica. Y es que reconocer el encontronazo entre Messi y Luis Enrique no es poco.

Vaya por delante que nadie del vestuario le ha pedido explicaciones a Mathieu por su confesión francesa. No se le ha recriminado su sinceridad y ni tan siquiera se le ha echado en cara aquello que algunos consideran una 'torpeza' impropia de un futbolista experimentado. Sin embargo, Mathieu sí que ha transmitido un pequeño mensaje aclaratorio. La pregunta no entraba en el guión previo comentado y sus declaraciones finales fueron ligeramente tergiversadas, descontextualizando aquello que se considera un suceso normal en todos los vestuarios profesionales y realzando un lance puntual de Leo Messi.

La paciencia de Mathieu parece que ha llegado a su límite. A partir de ahora, para evitar malas interpretaciones, posibles tergiversaciones e incluso más ‘metidas de pata’ propias, el jugador francés todavía será más restrictivo en sus entrevistas personalizadas. Acata como un jugador más sus contadas apariciones en la sala de prensa para atender a los medios pero en cuanto a charlas individualizadas, solo se pactará con aquellos medios que él considere oportunos. Y son muy pocos.

Por fortuna, no todo son problemas para Jérémy Mathieu. Hace solo unos días, nuestro compañero Javier Miguel advertía de la preocupación por el estado físico del defensa francés. El galo padece tradicionalmente de fuertes problemas en sus tendones de Aquiles y en su etapa en el Barça no ha sido una excepción. En el Valencia, en más de una ocasión se insinuó la posibilidad de tener que recurrir al quirófano para buscar alternativas. Hasta primeros de semana, Mathieu no ha dado síntomas de recuperación de una sobrecarga en el tendón de Aquiles que no progresaba de forma adecuada. Los tratamientos y el descanso pertinente no aportaban soluciones y más de uno ya recordaba las pesadillas vividas con el Valencia.

Pero Mathieu ha dado un paso al frente y en los últimos días el dolor ha remitido casi en su totalidad. El francés ha intensificado los entrenamientos y no se ha resentido de sus dolencias. En estos momentos vuelve a estar a disposición de Luis Enrique.

Ahora solo falta resolver las dudas deportivas. Con el defensa francés en perfecto estado, el jeroglífico del técnico asturiano vuelve a estar plagado de piezas que debe cuadrar de forma que todas se sientan importantes en el seno del vestuario blaugrana. Las rotaciones en las últimas semanas se han limitado a la mínima expresión y, con Mathieu fuera de circulación, los problemas han sido inexistentes. El entrenador tiene la palabra. De lo que no cabe ninguna duda es que el jugador no será castigado por su pequeña 'indiscreción' ante los micrófonos de RMC. De ahora en adelante, cada vez será más complicado escuchar las valoraciones del jugador.