Barça, 1 - Real Madrid, 2

El Madrid entierra a un triste Barça

Se acabó. El Barça soñó por unos instantes con meterse en una final que tenía perdida pero Bale acabó de fundir a un equipo perdido. Derrota dura en una final de la Copa del Rey que fue blanca

Lluís Payarols

Los ocho días comprendidos entre el miércoles 9 y el miércoles 16 de abril pasarán a la historia negra del Barça. En ocho días, el conjunto blaugrana se ha despedido de dos títulos y prácticamente del otro. Ha sido como si el realizador de esta Liga, si es que existe, ordenara fundir a negro a un conjunto que ni estaba ni, desgraciadamente, se le podía esperar. Hubo un atisbo de algo parecido a la esperanza, pero la realidad cayó como una losa. Adiós a la Copa del Rey, ganada en buena lid por el rival de siempre, el Real Madrid.

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Copa del Rey

1
2
Alineaciones
FC Barcelona
Pinto; Alves, Bartra (Alexis, min. 87), Mascherano, Alba (Adriano, min. 46); Sergio Busquets, Xavi, Iniesta; Messi, Cesc (Pedro, min. 60) y Neymar.
Real Madrid
Casillas; Carvajal, Sergio Ramos, Pepe, Coentrao; Xabi Alonso, Modric; Isco (Casemiro, min. 88), Di María (Illarra, min. 87), Bale y Benzema (Varane, min. 90).

Con Cristiano Ronaldo en la grada -visto lo visto, tampoco es que hiciera mucha falta-, los de Ancelotti no desaprovecharon la oportunidad de hurgar en una herida abierta, sin cirugía posible, al menos sobre el papel. Ni siquiera la Copa del Rey pudo ser el canto del cisne de un Barça en el que tienen que cambiar muchas cosas. Muchísimas. Mirar hacia otro lado, como ha hecho según quién, sería indigno en estos momentos. Que tomen nota quienes tienen que tomarla, por respeto a quienes acompañaron a este equipo a Valencia y quienes creyeron -si es que ya se puede creer- en ellos.

LA PRIMERA, EN LA FRENTE

De salida, el Barça se encontró con el escenario esperado. Un Real Madrid intenso y con ganas de sorprender. Pareció que los del Tata Martino controlaban una situación que no les era desconocida. Así empezaron los dos Clásicos de la Liga. Pero solo lo pareció.

Después de que Mateu Lahoz tardara solo tres minutos en enseñar una justa amarilla a Isco, después de que Jordi Alba se dejara ver en el área blanca sin fortuna y después de que Bale desafiara, también sin suerte, en dos contraataques, llegó el mazazo. Otra vez a la contra, con Di María flirteando con el fuera de juego cuando recibió el balón de Isco. Desconcierto en la defensa del Barça, disparo del ‘Fideo’ bajo las piernas de Alba, toque insuficiente de Pinto con los dedos y primer gol del partido.

La Final se complicaba para un Barça que empezaba a tocar como sabe. El Real Madrid, a favor de marcador, cerró líneas. Se trataba de abrir la lata pero las ideas escaseaban. Neymar y Messi no aparecían. Iniesta hacía lo que podía pero en ocasiones daba la impresión de estar solo en la inmensidad del universo blaugrana. Todo cuesta arriba.

SIN IDEAS

A eso se añadían los problemas físicos de Jordi Alba, quien realizó un sobreesfuerzo durante los primeros 45 minutos. Incluso probó un remate de cabeza a centro de Alves que detuvo sin problemas Casillas. Neymar, con una amarilla que vio al alimón con Pepe en un rifirrafe, entraba poco en juego. A veces con cierto miedo, como en una acción a cuatro minutos del descanso en la que no encontró un chut que sí probó Messi, desviado.

Ataques de fogueo sin sentido. Mientras, los de Ancelotti seguían a lo suyo, apelando a la velocidad de Isco, Bale o Benzema. Tampoco abundaron las ocasiones ante Pinto, pero el Madrid se sentía ganador mientras al Barça se le acumulaban las dudas, buscando un tiempo muerto en forma de descanso para refrescar unas ideas que parecían marchitas.

APELANDO A LA ESPERANZA

Ya con Adriano en el lugar de Alba, el Barça tenía que salir a morder, pero el primer mordisco estuvo a punto de darlo Bale en una nueva galopada que acabó con disparo al exterior de la red. Era como si el Real Madrid fuera quien necesitara el gol para empatar. Los del Tata seguían ‘missing’.

Un libre directo lejano que Messi envió a las nubes fue el único chispazo de un Barça en el que aparecían los nervios, en jugadores habitualmente solventes como Sergio Busquets, regalando sendos balones a Bale y Benzema que los madridistas no aprovecharon.

Esta vez Martino no tardó en hacer los cambios. Pedro entró por un Cesc desaparecido en ¿combate? Se trataba de reaccionar y quien dio el primer aviso fue un jugador ninguneado en la primera parte de la temporada y que ahora es el comodín del Tata ante la epidemia defensiva: Marc Bartra. Chut seco del de Sant Jaume dels Domenys que obligó al inmaculado Casillas a desviar a córner.

Pocos podían esperarlo, pero ese chut iba a cambiar el signo del partido. Como también lo hizo la intervención de Pinto en un chut de Benzema. Fue poco antes de que Mateu Lahoz anulara un gol a Bale por falta previa al meta blaugrana a la salida de un córner… y de que el siguiente ataque acabara de una forma inesperada.

APARECE BARTRA... Y TAMBIÉN BALE

Sí. El Barça que nunca marca de córner, que los desaprovecha todos…  pero Xavi y Bartra quemaron la estadística como si de una Falla se tratara. El de Terrassa puso el balón y el central, de un soberbio testarazo, lo alojó en la escuadra de Casillas.

Por delante quedaban 22 minutos pero el Barça parecía otro. Empezaba a dejarse ver cada vez más en campo blanco, traspasando las dudas a los de Ancelotti. Pero el Real Madrid seguía apelando a la velocidad de sus contras, poniendo a prueba a Mascherano y a un Bartra que acusaba el sobreesfuerzo.Ese espíritu, el de Marc, era el que necesitaba el equipo del Tata para encontrarse. Pero no en ese momento. Mucho antes.

Un aviso de Modric desde su casa con un chut que salió lamiendo el palo llevo el ¡huy! a la grada blaugrana. Pero el arrojo barcelonista iba a tener un final desesperante. Porque después de otro ataque marrado, Gareth Bale quiso demostrar por qué costó tantos millones por la banda en la que teóricamente debía estar Alves. Inició una veloz carrera ante un Bartra que, mermado físicamente, no podía aguantar su punta de velocidad. El galés llegó ante Pinto y no perdonó.

En medio del desánimo y de un carrusel de cambios llegó otro momento de esperanza para el Barça, cuando Neymar probó un disparo con la derecha y, con Casillas superado, encontró el amargo obstáculo el poste. Los de Martino tuvieron el empate pero la suerte no les acompañó.

Fue el epílogo a un partido en el que el Barça durmió demasiado, pareció despertarse y acabó consumando la pesadilla. Fue una derrota dura. Toca pasar página, pero no será fácil. El palo de Neymar acabó en un palo difícil de digerir. Aún quedan -sí, aún quedan- opciones en la Liga pero, ¿quién cree en este equipo?