Su esposa explica que tardó días en reconocer el mordisco a Chiellini

Luis Suárez negaba el mordisco a Chiellini

Luis Suárez pasó de tocar la gloria con sus dos goles a Inglaterra a salir del Mundial por la puerta de atrás

Luis Suárez pasó muy malos momentos tras morder a Chiellini

Luis Suárez pasó muy malos momentos tras morder a Chiellini / sport

Xavi Canals

<strong>Luis Suárez</strong> siempre recordará el <strong>Mundial de Brasil</strong> por el mordisco al italiano <strong>Chielini</strong> que le apartó cuatro meses de los terrenos de juego y ensombreció su 'venganza' ante Inglaterra. El delantero uruguayo había protagonizado una recuperación milagrosa en las semanas previas tras ser operado de la rodilla y su irrupción frente a los ingleses, a los que anotó dos goles, supuso el punto culminante de su participación en Brasil. Del éxtasis y del camino a un Mundial glorioso, Luis Suárez pasó al más profundo de los infiernos. Unas sensaciones que él y su mujer, Sofía Balbín, repasan en la extensa entrevista concedida a 'Canal 10'.

El momento más impactante, sin lugar a dudas, fue el mordisco. Su esposa explicó que nada más acabar el partido le llamó para preguntárle qué había ocurrido y que Luis Suárez negaba haber mordido a Chiellini: "Él me decía que no lo había hecho. Eso es lo que tenía en la cabeza e incluso me lo llegué a creer, pero la tele y la radio solo hablaban de eso y pasados diez dias nos quedamos solos y me lo reconoció, me contó toda la verdad. El día del partido le llamo y le pregunto: "Qué has hecho otra vez?" Y me responde: "¿Qué?". Lo mismo que cuando pasó en Inglaterra. Le insito: "¿Otra vez?" y me responde: "Si yo no he hecho nada. ¿No te vas a poner contenta porque pasamos?". Sí, claro que estaba recontenta, pero a la vez triste, porque sabía lo que venía. Nunca calculé que pasaría lo que pasó, pero sí sabía que no venía nada bueno. Hace las cosas y le cuesta asumirlas".

No fueron momentos fáciles para la familia Suárez. Su hija mayor, Delfina, no entendía que su padre se hubiera tenido que ir del Mundial y tampoco entendía que no jugara con el Barcelona. Sofía explica que "a Delfi le decía que no podía jugar con el Barça porque le dolía la rodilla y la niña iba a escondidas a preguntarle a mi madre, porque no se lo creía. Hace poco le explicó que había hecho algo mal. Luis sufre más por ellos, por lo que puedan decirles el día de mañana".

El propio Suárez reconoció que le costó aceptar lo que hizo: "Es un instinto que te sale en ese momento, pero me arrepiento de haber dejado a los compañeros de la forma que les dejé, porque siento que podía haber ayudado más. No pedí perdón de inmediato, porque no quería creerme lo que había hecho. Fui el primero que me di cuenta, pero lo demoré unos días, porque no quería creer la realidad, que ya estaba en Uruguay, que había dejado el Mundial y a los compañeros, que la gente venía a golpear mi puerta. Agradezco ese apoyo, pero yo quería que la gente apoyara a los 22 compañeros que estaban allí, que se habían roto el alma durante cuatro años por estar en el Mundial y que por culpa de uno, que cometió un error, se olvidaran de todo".

El delantero del Barça insistió en que el castigo fue desproporcionado al error que cometió: "Lo que hizo no fue tan cruel como para que me trataran de la forma que me trataron. Podían haberme expulado, ponerme diez o quince partidos, que ya hubiera sido grotesco, pero sacarme por una puerta y <strong>tratarme como un delincuente me dolió</strong>". Su esposa también explicó sus sensaciones: "Fue horrible. Nos metieron en una salita blanca junto a su hermana, su cuñado y su sobrina. Nos dijeron que en media hora o una hora llegaba el avión y estuvimos siete horas. La llegada a también Uruguay fue horrible".

En el otro lado de la moneda estaba su meteórica recuperación y su reaparición estelar frente a Inglaterra. "No recuerdo haber llorado tanto como después del partido contra Inglaterra", explica un Suárez que añade: "La noche anterior tenía molestias, llegué al estadio y me dije: "Aguanta, olvídate". En el calentamiento seguía teniendo molestias, pero luego vi la posibilidad de marcar dos goles, cosa que siempre soñé y hasta mi mujer me tuvo que decir: "no te das cuenta de lo que acabas de hacer". Abracé a Walter -Walter Pereira, su recuperador-, por todo lo que hizo. Todo el mundo pensaba que no iba a llegar. Incluso los médicos del Barça me dijeron que era una lesión para dos meses, pero solo pasaron cuatro semanas clavadas y ya estaba jugando. Walter me dio confianza, hasta el punto de que el día después de operarme me vio con muletas y me dijo: "Qué haces con eso. Apoya, que no tienes nada". Mucha gente se quedó con la ultima imagen, con lo que pasó contra Italia, pero arriesgué mucho para estar en el Mundial. Arriesgué mi carrera".

Sofía corrobora las sensaciones de Luis Suárez: "Tenía miedo a que jugara. Cada vez que le veía corriendo, hasta que no paraba, no decía: "Está bien". Los nervios fueron todo el partido. Grité y lloré. Incluso parecía que entendiera el futbol y todo. Ganar metiendo dos goles a Inglaterra lo disfruté, pero no tanto como él, porque los días antes los periódicos le habían estado sacando cosas".

Luis Suárez también explica que en el estreno del Mundial, frente a Costa Rica, se enfadó con el seleccionador, Óscar Tabárez: "Cuando no me puso los últimos quince minutos, le quería matar. La impotencia de perder y no poder entrar, eso fue malísimo, pero él sabía que no podía jugar y yo me di cuenta de que me estaba cuidando. La mayoría de técnicos no tienen el valor de hacer lo que hizo, pero el maestro sí y cuando marqué el segundo gol a Inglaterra ahí estábamos abrazándonos junto a los compañeros, que valoraron el esfuerzo que hice por estar en el Mundial".