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Luis Enrique cumple 100 partidos en el banquillo del FC Barcelona

El entrenador del FC Barcelona, Luis Enrique Martínez, será centenario este domingo en el Ciutat de València. Su Barça bate récords

Luis Enrique será centenario con el FC Barcelona en el Ciutat de València

Luis Enrique será centenario con el FC Barcelona en el Ciutat de València / sport

david salinas

El entrenador del FC BarcelonaLuis Enrique Martínez, cumplirá este domingo en el Ciutat de València su partido oficial número 100. Y lo hará con unos números que quitan el hipo, superiores a los de los últimos técnicos que llegaron al centenario empezando una temporada, no haciéndose cargo del equipo a mitad de campaña.

Lo que ha conseguido el FC Barcelona de Luis Enrique es, simplemente, brutal: En 99 partidos suma 79 victorias, 11 empates y solo nueve derrotas. Las suyas son las mejores estadísticas. Ni Pep Guardiola, ni Frank Rijkaard, ni Louis van Gaal, ni Johan Cruyff, ni Terry Venables ni Marinus Michels. Además, lleva cuatro meses sin conocer la derrota (27 partidos) y acecha el récord de Guardiola (28).

Nadie ha ganado tantos partidos como Luis Enrique, nadie ha marcado más goles que su equipo (280) ni ha encajado menos (72). Su Barça es una máquina. Es cierto que el asturiano pilota un bólido de alta cilindrada teniendo a sus órdenes a jugadores como MessiSuárez y Neymar, pero también es cierto que ha sabiado sacar el máximo rendimiento de una plantilla única. Su gestión es de sobresaliente.

En lo único que pincha Luis Enrique, si es que se puede utilizar esta expresión, es el número de títulos. Pep Guardiola, después de los 100 partidos oficiales, sumaba seis por cinco el ahora entrenador del FC Barcelona. Aún así, en este capítulo también brilla al ser el segundo entrenador en lograr un triplete.

El FC Barcelona de Luis Enrique es un equipo que está haciendo historia. Suma victorias, goles y títulos uno detrás de otro. No da señales de cansancio y se perfila, siendo vigente campeón de LigaCopa Champions, como uno de los máximos favoritos a reverdecer laureles que, ni mucho menos, estaban palideciendo.