Muchos objetivos en una temporada clave

Los retos del 'nuevo' Barça de Tito

El Camp Nou vivirá el estreno de un reto mayúsculo para el barcelonismo: lograr una transición ordenada tras cuatro años gloriosos

Los poderes del Barça 2012-13

Los poderes del Barça 2012-13 / sport

Ivan San Antonio

Tito Vilanova no es un mito. Ni una leyenda. Tito Vilanova es un entrenador de fútbol. Lo es, como Pep Guardiola, desde que jugaba. Y lo es porque quienes le conocen afirman que sus conversaciones giran alrededor de lo mismo: fútbol. "Perderé todas la comparaciones con él", dijo el día de su presentación. Pero no las podrá evitar. Comparar es lícito e, incluso, un ejercicio saludable de memoria. El problema es si a Tito le piden que haga lo mismo que hizo Guardiola. Aquello es comparable, pero no repetible. Tito asumió el reto valiente y, comparado con su enfermedad, "esto es un juego de niños", llegó a decir. De niños grandes, de niños millonarios, de niños que juegan a fútbol como nadie lo ha hecho nunca. Quizá fue exagerado hablar de "juego de niños", pero pone en evidencia por lo que tuvo que pasar. No hay nada que ahora le asuste. Ni el club más grande del mundo.

Esa es la mejor carta de presentación para Tito ante el gran público. Para sus jugadores no necesita ser presentado. Le conocen a la perfección y eso le avala. Porque gran parte del éxito de las últimas cuatro temporadas es suyo. Y las grandes líneas que marcarán su proyecto, nuevo porque es nuevo el entrenador, serán las mismas: fútbol ofensivo, respeto por cada partido y cada competición y apuesta por la cantera.

Será difícil para el de Bell-caire trabajar más de lo que ya trabajaba. Será difícil también hacerlo mejor. Así que el reto es el continuismo. Y el continuismo pasa por seguir potenciando lo bueno y dar un impulso a lo mejorable. Leo Messi, de lo bueno, es lo mejor. La temporada pasada marcó 73 goles en todas las competiciones. El argentino ha aumentado su rendimiento cada año, aunque los más de 70 goles parecen un techo difícilmente superable. Tito Vilanova debe nutrir al futbolista de las condiciones ambientales para que siga brillando. Si el '10' está fino, el Barça tiene mucho ganado.

Pero Leo Messi, al que se le vio poco acompañado la temporada pasada, necesita encontrar socios fiables. Y eso, en gran parte, depende de Tito Vilanova. No sirve que Cesc solo acuda en su ayuda media temporada, ni tampoco un David Villa lesionado, ni un Pedro que sin continuidad brilla menos. Tampoco un Alexis falto de adaptación o un Cristian Tello 'demasiado' vertical para el fútbol del '10'. Leo ganó el triplete junto a Henry y Eto'o, los seis títulos en un año con Ibrahimovic y Pedro, la cuarta Champions y la tercera Liga consecutiva junto a Villa y Pedro. El año pasado nadie supo quién acompañaba al argentino. En principio, la recuperación del asturiano, que volvió a jugar en Bucarest tras ocho meses parado, sería la mejor noticia para el equipo, porque nadie le discute al máximo goleador de la selección estatal la condición de titular. Pero Villa no llega al cien por cien al inicio de la temporada y los recursos deberán buscarse en otros jugadores. Ahí aparecen Alexis, al que Tito debe sacar su máximo rendimiento en el segundo año del chileno y, sobre todo, Cesc Fàbregas.

El de Arenys de Mar es uno de los mejores socios de Leo Messi y durante la pretemporada se le ha visto 'anárquico' moviéndose a su alrededor. Es probable que sea uno de los puntos fuertes del Barça de Tito Vilanova. El de Bellcaire, como ya sucedía con Pep, introducirá los cambios que crea necesario para que el equipo siga funcionando. De los que estaban, será imprescindible recuperar la mejor versión de Gerard Piqué y de Dani Alves. Y mantener el rendimiento de hombres como Sergio Busquets, Xavi o Iniesta, los dueños de un centro del campo que nadie discute, ni la posible llegada de Alex Song.

El capítulo de fichajes no será largo este verano, pero Tito Vilanova ha insistido con el fichaje de un centrocampista que pueda también ejercer de central. El hombre era Javi Martínez, aunque su precio era exagerado. La segunda opción es la de Alex Song. El club quiere satisfacer al técnico en su primera campaña en el banquillo y el equipo lo agradecerá con una plantilla algo más compensada.

El nuevo Barça de Tito se parecerá mucho al que el técnico vivió durante su etapa como segundo de Pep Guardiola. Pero el reto es desmarcarse de él para construir un nuevo grupo campeón de los mismos cimientos. No será una tarea fácil teniendo en cuenta que a 600 kilómetros las fuerzas vivas del madridismo, y las que no lo están tanto, seguirán apretando para enterrar el proyecto campeón que ha llevado al Barça a ser el equipo más admirado del planeta.