FC BARCELONA

Los doce mandamientos de Luis Enrique

La personalidad de Luis Enrique y su intrahistoria futbolística se resumen en doce puntos e influencias que destapan la otra cara del técnico del Barça

Las doce caras de Luis Enrique como entrenador del Barça

Las doce caras de Luis Enrique como entrenador del Barça / sport

Javier Giraldo

El otro Luis Enrique

Más allá de su imagen de entrenador distante y frío, incómodo ante los focos y áspero con los periodistas, Luis Enrique esconde una figura de apasionado por el deporte, dueño de un curioso catálogo de recuerdos de infancia y de una apasionada carrera como futbolista que no descarta (algún día) acabar sentado en un banquillo de la Premier... si logra convencer a su mujer de que el clima británico no es tan malo como lo pintan. Así lo confesaba en la última gran entrevista que concedió antes de asumir las riendas del Barça, a la revista inglesa ‘FourFourTwo’.

Van Gaal, su gran referencia

Luis Enrique no tiene inconvenientes en señalar a Louis van Gaal como el entrenador que más le aportó cuando era jugador, pero también con el que más se peleó. “De qiuen más aprendí fue de Van Gaal”, explica, “aunque también es con el que más enfrentamientos tuve, aunque más bien fueron desencuentros. Van Gaal tiene una obsesión por la ética del trabajo y por la planificación, yo prefiero un estilo más flexible. Pero en general, aprendí de todos: Benhakker, Serra Ferrer, Camacho, Clemente, etc”. 

El ‘caso Figo’

Luis Enrique vivió la marcha de Figo al Real Madrid en primera persona. De hecho, el asturiano fue el primer jugador del Barça que supo que Figo ficharía por el eterno rival. Ambos eran (y son) buenos amigos y el portugués se sinceró con el asturiano en las vacaciones de verano de 2000. “Nos fuimos a Cerdeña con nuestras familias y me lo comentó. Tenía derecho a irse, aunque es verdad que al Barça le arrebataron a su mejor jugador en su mejor momento”. Con el paso del tiempo, Luis Enrique intenta explicar que aquella decisión tampoco fue fácil para Figo. “Lo pasó mal, se le veía en la cara, que estaba sufriendo. La gente a veces piensa que los futbolistas somos marcianos, pero tenemos problemas y sufrimos como todo el mundo”. 

El aprendizaje de los jóvenes

El día que Messi debutó en el primer equipo del Barça, Luis Enrique llevaba el brazalete de capitán. Un abismo jerárquico les separaba entonces, en noviembre de 2003, aunque el asturiano no tardó en comprobar que el argentino iba a ser un futbolista especial. “Saltó de golpe varias categorías, fue un caso único”. Una excepción, según la visión de Luis Enrique, partidario de que los jóvenes se curtan poco a poco. “Tienen que entender de qué va el fútbol de elite, adaptarse y aprender. Tienen que ir poco a poco y no asumir demasiada presión”

Enamorado de la Premier

Ya retirado como jugador, Luis Enrique siguió disfrutando del fútbol como un simple espectador. Llegó a viajar a Inglaterra y Escocia para visitar Anfield y Celtic Park, con bufandas del Liverpool y del Celtic al cuello, acompañado de varios amigos. “Cantamos el ‘You’ll never walk alone’, Luis García [ex del Barça y del Liverpool] me consiguió las entradas, y casi nadie me reconoció en la grada. Me encantó el ambiente que se vive en ese tipo de campos”. 

¿Futuro en Inglaterra?

A Luis Enrique se le relacionó con el Reading antes de que asumiese el banquillo del Barça B. “Pero aquello solo fueron rumores”, asegura. Sin embargo, el asturiano no oculta que algún día le gustaría entrenar en Inglaterra. “Pero a mi mujer no le gusta el clima inglés, es de Barcelona y prefiere el sol, así que todo dependerá de qué equipo sea y del tipo de fútbol que practique”.

Robson ni le reconoció

Luis Enrique fichó por el Barça en 1996, al mismo tiempo que el hispano argentino Pizzi, en plena transición Cruyff-Robson. Y el entrenador inglés andaba un poco desubicado. “La primera vez que entró en el vestuario, nos vio a Pizzi y a mí y se giró a Mourinho para preguntarle, ‘¿quiénes son estos?’ ¡Y eso que éramos internacionales! Luego tuve una gran relación con él, era una persona excelente”. 

Su gol más recordado

La imagen de Luis Enrique estirándose la camiseta del Barça en el Bernabéu permanece en la memoria de muchos culés como una de las celebraciones más intensas de la historia reciente del equipo. También en la del propio Luis Enrique. Fue su gol más placentero. “Sin duda”, confiesa, “fue el segundo del Barça en la victoria por 2-3 en la temporada 97-98, fue una celebración apasionada y efusiva. Mis compañeros se lanzaron encima de mí y la gente me tiraba cosas desde la grada. En aquella época, al Barça le costaba mucho ganar en el Bernabéu, fue un momento muy especial”. 

¿Por qué Lucho?

Cuando Luis Enrique tenía 14 años, el Sporting fichó a un centrocampista mexicano llamado Luis Flores, bautizado como ‘Lucho’ Flores, que venía de disputar el Mundial de 1986 con su selección. Lucho Flores hizo una gran temporada en el equipo asturiano (llegó a marcar 12 goles) y algún amigo de Luis Enrique le retocó el nombre pensando en el mexicano. “No me importó, era un buen jugador”, recuerda el asturiano. 

Las disculpas de Tassotti

Luis Enrique esboza una mueca de hastío cada vez que alguien le menciona el codazo de Tassotti en el Mundial de 1994. “Todo el mundo me lo recuerda”, asume. Pero el asturiano también recuerda que a raíz de aquel incidente, la FIFA prohibió a los futbolistas jugar sangrando. “Pero en aquel momento tenías que seguir, y yo no pude. Fue una injusticia, porque el rival que me había dado el codazo sí que siguió jugando. Luego, tiempo después, Tassotti se disculpó. Luego le he visto y no hay ningún problema”. 

Flechazo futbolístico en Gijón

Al padre de Luis Enrique no le gustaba al fútbol, quizá por falta de tiempo (trabajó como transportista) y no fue él quien le transmitió la pasión por el balón. Luis Enrique se enamoró del fútbol viendo el 12-1 de España a Malta de 1983 (tenía 13 años), aunque antes ya había frecuentado El Molinón. “Mi primer recuerdo es hacer cola para ver un Sporting-Cádiz cuando tenía diez años”, rememora. “Fui con mi hermano [Felipe, once años mayor que él, policía local en Gijón], estábamos en el campo una hora y media antes de que empezase el partido, fijándonos en la hierba y las líneas de cal”. Luis Enrique iba a ver al Sporting con una bandera que le había confeccionado su madre. “Una vez salió una foto mía en un periódico agitando la bandera cerca de los ultras, tuve que asegurarme de que mi madre no le viese”. 

Atípico Rivaldo

Pese a transmitir una imagen de entrenador y serio y poco flexible, Luis Enrique confiesa que le gusta ver a sus jugadores disfrutar de la música en el vestuario antes de los partidos o los entrenamientos. “Me gusta que sea así, el fútbol es una fiesta, no una cárcel”. Y recuerda que en este asunto, los brasileños son los reyes. “A Ronaldo y Ronaldinho y les encantaba, pero también hay que aceptar que otros futbolistas prefieren el silencio. Rivaldo, por ejemplo, era el único brasileño al que no le gustaba la música. Fue un gran jugador, eso sí”. 

¿Sidra o cerveza?

La bebida típica asturiana suele ser un arma de doble filo. “Es algo social, compartir el vaso, ir escanciando la botella... ¡pero con cuidado, porque si te tomas cuatro o cinco ‘culines’ puedes tener problemas!”, avisa Luis Enrique, que a pesar de todo asegura preferir la sidra a la cerveza, ante la pergunta de un internauta. “Eso sí, hay que escanciarla bien, para que las burbujas rompan en el vaso”.