Los árbitros se la tienen jurada a Neymar

L. Miguelsanz

L. Miguelsanz

David Fernández Borbalán estaba solo a unos metros del clamoroso penalti cometido por Etxeita a Neymar. El colegiado no dudó ni un instante a pesar de la explosión de los jugadores del Barça, que llegaron a rodearle. Estaba convencido. Y es que tanto él como la mayoría de árbitros de Primera División se la tienen jurada a Neymar. Y viene de lejos. Creen que el brasileño les complica la vida y siempre dudan de sus acciones.  Intentan pitar con objetividad si existe falta, pero obvian las jugadas en las que está implicado el brasileño si no son claras.

Neymar nunca entró con buen pie en el colectivo arbitral. Muchos colegiados de máximo nivel insisten en que no es fácil pitarle porque siempre va al límite. Encara y se va con velocidad. Son acciones rápidas en las que suele salir mal parado, pero en el colectivo arbitral creen que el brasileño exagera en reiteradas ocasiones y eso hace que no le acaben pitando la mayoría de las faltas. Los árbitros tienen su certeza de que el futbolista brasileño tiende a engañarles y tensa los partidos al máximo echándoles el público encima. Y ese comentario es habitual entre los máximos exponentes del estamento, que no le pasan ni una a Neymar esta misma temporada.

No es el primer problema que ha tenido Ney en su carrera. En la última Copa América en la que participó, los brasileños también tenían la convicción de que el colectivo arbitral iba a por él y tuvo enfrentamientos directos con algún árbitro sobre el terreno de juego. En el Barça, los compañeros de Neymar son conscientes de lo que sucede y el propio brasileño también. Esta temporada ya ha cumplido un ciclo de tarjetas, la gran mayoría por protestar ante los árbitros por faltas que se han quedado sin señalar.

En Bilbao, Neymar fue cazado en innumerables ocasiones. Provocó faltas y las dos expulsiones del Athletic, que fueron claras por entradas a destiempo. Ahí, el colegiado no tuvo dudas, pero sí en la jugada del penalti. Neymar se lo toma con filosofía e, incluso, humor, porque sabe que a él no le pitarán igual que a otro.