La Liga de las finales

Leo Messi volverá a verse las caras con la defensa de Osasuna

Leo Messi volverá a verse las caras con la defensa de Osasuna / Joan Monfort

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Pocas temporadas han dejado momentos tan memorables para el barcelonismo y sin embargo nadie asegura al Barça un final feliz.  No le valió con una remontada histórica ante el PSG en Europa. Y todavía no le salen las cuentas en la Liga, a pesar de dar el gran golpe en el Bernabéu. Nada raro para un equipo bipolar hasta ahora, instalado en los extremos, capaz de lo mejor y lo peor. Llegados a este punto, y con solo cinco jornadas por disputarse, no le queda otra al conjunto de Luis Enrique: reinventarse a última hora en un equipo regular, estable, para despedir la ‘Era Luis Enrique’ a lo grande.

El Barça ya envió un mensaje contundente en el Bernabéu: no dimite en la Liga. Y más importante aún, Messi ha renovado su condición de líder: “Fuimos a Madrid para ganar y poder seguir luchando por la Liga. Queda aún mucho camino”. 

La hora de la verdad

Al Barça le esperan cinco finales. La primera ante Osasuna, último en la clasificación, un rival asequible para abrazar la regularidad perdida. El propio Vasiljevic bromeaba, ayer, con las posibilidades de los suyos: “Lo que tiene que pasar... alineación indebida por parte del Barcelona”. “Para detener a Messi hay que llevar pistola y esposas”. El técnico serbio –ya más en serio– insistió en la necesidad de jugar “sin miedo”. Y Luis Enrique   lanzó un reto a los suyos: “Espero mucho más de la plantilla”. El asturiano siempre habla en términos de grupo. Prefiere no individualizar. Y habrá que ver si ahora, una vez fuera de Europa y en la recta final de la Liga, mide más las rotaciones.  El que no faltará será el ‘10’ tras marcar su gol 500 con la camiseta del Barça.  Un gol que ha tenido un efecto imprevisible en el Madrid.  

Zidane, tocado

Quizás porque llegó contra pronóstico, seguramente porque fue golpeado a su manera, el conjunto blanco ha vivido unos días de incertidumbre. 

Empezando por la figura de Zidane, que ha centrado gran parte de las críticas. El técnico francés ya avanzó hace unas semanas que no estaba asegurada su continuidad la próxima temporada. Y la derrota ante el Barça ha dado vigencia al debate creciente sobre la figura del francés

Ni siquiera los resultados han salvado a algunos entrenadores de los arrebatos de Florentino.  Dos son, principalmente, las críticas que ha recibido el francés. 

La alineación de Bale y la imprudencia del equipo en los últimos minutos. “Bale me dijo que estaba al 100%, no podemos hacer nada”, se justificó cuestionado sobre la titularidad del galés y su posterior lesión.

Un nuevo escenario Ayer se vio un Zidane más irónico que de costumbre, molesto, seguramente, con el ruido que ha provocado la derrota ante el Barça. “Ahora el Barcelona va a ganar La Liga y nosotros no valemos nada”.

Escenario de presión

El Madrid deberá gestionar una nueva situación. Acostumbrado a liderar la competición, tendrá que jugar con otra presión a sus espaldas. Porque si el Barça se impone a Osasuna, el Madrid jugará a continuación tres puntos por debajo. 

El conjunto de Zidane visita Riazor sin Sergio Ramos, que solo se perderá un encuentro liguero. Y lo hace sabiendo que aún tiene el colchón del partido pendiente ante el Celta. Pero también con el miedo en el cuerpo de volver a dejar escapar la Liga, una competición que se impuso como gran objetivo esta temporada.  

Enfrente tendrá un Deportivo que sabe lo que es ganarle al Barcelona esta temporada. Lo recordó ayer Mel: “Nosotros si hacemos un buen partido como frente al Atlético y Barcelona, la afición saldrá ganando y nosotros reforzados”. 

Una nueva Liga empieza hoy. Una Liga de cinco partidos para decidir un desenlace incierto en un duelo apasionante.