Leo Messi: El '10' llega a los 10

El Barça no desplegó su mejor juego frente al Racing. Con un centro del campo de lujo y seda, se apoderó del balón, dominó a placer y merodeó los dominios de la portería cántabra cómo y cuándo quiso. Pero faltaba algo, se echaba de menos esa magia necesaria para romper al rival y levantar la anestesiada grada del Camp Nou. Leo Messi no había llegado a la fiesta. Se hizo de rogar, pero en esta ocasión tampoco falló. Llegó el crack, y lo hizo a su manera, a lo grande, como solo él lo puede hacer. Tras una espléndida combinación con Iniesta, el argentino desbordó al meta con un dribling espectacular y remató a placer con su pierna derecha. Un golazo, uno más, partido roto y los tres puntos de turno encarrilados. La historia se repite y parece no tener fin.

Anoche Messi estaba en el punto de mira de muchos. De entrada porque minutos antes Higuaín cuestionaba su pichichi tras otro hat trick que le situaba con 8 goles en la tabla de artilleros. Cristiano Ronaldo, mucho más apagado, solo había anotado una diana en la goleada blanca frente al Betis. Pero aún había más. Virus FIFA, decepciones argentinas y las habituales incógnitas tras largos y tortuosos viajes sembraban dudas sobre el rendimiento del azulgrana.

El primer golazo disipó cualquier especulación. Messi demostró que sigue en estado de gracia, casado con el gol y disfrutando cada minuto que viste la camiseta culé. No contento con su diana tuvo tiempo para rematar al faena con otro gol muy poco habitual en su amplio y extenso repertorio de genialidades. Leo no recurrió a ningún slalom, no hizo falta que golpeara el balón con su exquisito trato ni tan siquiera remató de cabeza ante la desesperación de la defensa rival. Nada de eso. El doblete frente al Racing fue producto de estar atento a un rechace y conectar un disparo forzado con su pierna derecha, la que algunos se atreven a calificarla como mala.

REGISTROS HISTORICOS

Disputados siete partidos del actual campeonato, Messi lidera en solitario el capítulo de máximos goleadores con diez tantos. Un promedio espectacular que va camino de seguir superando todo tipo de registros. Si hace solo unos días, Leo acaparaba elogios al igualar los míticos 194 goles de Kubala en partido oficial, ahora, con 196 dianas a sus espaldas, la marca de los 200 puede caer en cualquier momento.

Leo está en otra historia, ajeno a rumores y posibles `piques¿ auspiciados desde la capital. El crack es el líder de un proyecto capaz de aparcar los disgustos de su Argentina. El Barça es el paraíso que le permite ser feliz tal y como merece el mejor jugador del mundo.