El informe

Leo Messi es fiel al Barça

El delantero argentino se negó a ir al Real Madrid pese a los ‘desaires’ de Sandro Rosell tras el fichaje de Neymar por el Barcelona

Xavi Torres

"Muchas gracias pero no. Se le escucha pero no se negocia". Éstas fueron algunas de las respuestas de Jorge Messi, el padre de la estrella azulgrana, a las proposiciones del pasado verano del Real Madrid para vestir a Leo de blanco.

Y no hace tanto. Fue durante el pasado mes de agosto, hace ahora ocho meses, cuando el Real Madrid creyó tener una oportunidad de hacerse con los servicios del mejor jugador del mundo e intentó no desaprovecharla. Lo dio todo pero no encontró nada. Así sucedieron los hechos.

1.- El fichaje de Neymar, primer detonante

La batalla del Madrid con el Barça para la adquisición de Neymar abrió los ojos a la Junta Directiva del club madridista sobre los planes de futuro de Sandro Rosell. Según los diferentes intermediarios de uno y otro club, “el presidente del Barça iba a convertir al brasileño en el eje deportivo del Barcelona alrededor del cual giraría el equipo. Además lo iba a rodear de amigos con la llegada de futbolistas como Thiago Silva o David Luiz, más Alves o Adriano, que ya estaban en el Barça”. Estas mismas fuentes tenían claro que  los amigos de Leo, Pinto y Mascherano por ejemplo, tendrían poca carrera en el club. Neymar era el presente y el futuro así que los dirigentes del Real interpretaron que Messi iba a ser carne de segundo plato y se lanzaron a la aventura.

El 26 de mayo de 2013 la web del Barcelona anunció la contratación de Neymar así que el Madrid aceleró sus planes. Empezaron las llamadas al entorno del futbolista pidiendo una reunión para hablar de la posibilidad de llegar a un acuerdo pero lo que encontraron fue un “No, gracias”. Eso, el primer día. Y el segundo. Y después de una semana. El Madrid fue insistente porque Messi era un objetivo real.

2.- Cristiano Ronaldo y Gareth Bale

Florentino Pérez buscó soluciones económicas para fichar a Messi, que tenía una cláusula de escape de 250 millones de euros. En esos momentos y sobre su mesa tenía una oferta del Manchester United por Cristiano Ronaldo de más de 100 millones. Los ingleses, que acababan de cerrar la etapa Ferguson, querían a su exjugador como líder del nuevo proyecto de David Moyes que, por cierto, no ha durado ni un ejercicio ante la horrorosa temporada de los de Old Trafford. Además contaba con el deseo de Adidas, la marca de ropa que viste al Real Madrid y patrocina a Leo Messi, como gran aliado. Jamás Adidas ha presionado al jugador para que abandone un club Nike como el Barça pero no hace falta ser muy avispado para entender que para la marca alemana sería una excelente noticia que su estrella jugara, también, con el logo de Adidas en el pecho. Florentino Pérez, pues, tenía a alguien que no iba a intervenir en el proceso pero que en caso de llegar a buen puerto estaría dispuesto a colaborar de manera indirecta en su contratación.

Paralelamente el presidente blanco inició las gestiones del plan B: se trataba de tener controlado al jugador del Tottenham, Gareth Bale. El galés había sido la sensación de la Premier y sus condiciones casaban perfectamente con el fútbol de contraataque del Madrid. Lo que estaba claro, sin embargo, era que sólo había dinero para una operación y la de Messi, por razones obvias, era prioritaria.

3.- La promesa de Rosell al crack argentino

Y así se vivió el verano. Y así llegó la reunión de los Messi con Sandro Rosell. Y así se llegó a un acuerdo verbal para la mejora del contrato de Leo. El entonces presidente trató de convencer al mejor jugador del mundo de que la llegada de Neymar no iba a provocar ningún cambio en la escala salarial de la plantilla y que él iba a seguir siendo el jugador mejor pagado. Se dieron las manos como señal de acuerdo y se emplazaron a siguientes reuniones para poner sobre papel lo pactado. El encuentro todavía no ha llegado.

Mientras, las llamadas del Real Madrid seguían acechando el entorno de Leo Messi. Cifras mareantes, proyección mediática inigualable, inversión en la promoción internacional, nuevos patrocinadores garantizados… y el Balón de Oro, ya que desde la capital española intentaban hacer ver al jugador argentino que con  Ronaldo en el Manchester United y Messi vestido de blanco el balón dorado sólo podía tener un amo. Y ya se sabe que el tema ‘Balón de Oro’ extramotiva al 10 del Barça. Llamadas y más llamadas para cerrar una operación que hubiera supuesto una bomba mediática mundial extraordinaria.

4.- Leo, molesto con el protocolo del Gamper

El Real Madrid insistía en su convencimiento de que el Barcelona, a través de su presidente, estaba preparando el cambio de ciclo y de estrella. Neymar era la apuesta de Rosell, la niña de sus ojos, y tras las largas negociaciones que ambas entidades habían tenido que soportar para el fichaje de la estrella del Santos, el club blanco tenía claro que el Barça iba a intentar sacar provecho de su triunfo.

En este ambiente, los Messi se llevaron dos desengaños. El primero en los despachos. Las cifras del fichaje de Neymar que habían visto, leído y escuchado en los medios de comunicación no se correspondían con lo que ellos tenían entendido y, por tanto, Messi ya no sería el jugador mejor pagado del mundo. Si su sospecha era cierta se entraba en un escenario de injusticia peligrosa. Los recelos contra las palabras de Sandro Rosell empezaban a ser un problema. El Real Madrid sabía las cifras de la operación y por eso, desde el primer momento, hablaron de cerca de 100 millones de euros de operación (ficha más traspaso). El Barça lo negó hasta que la verdad se llevó por delante hasta a su presidente, el hombre que tanto había luchado por traer al brasileño al club.

El segundo de los desengaños llegó la noche del 2 de agosto de 2013, el día de la presentación de la plantilla ante la afición y la disputa del torneo Joan Gamper, precisamente, ante el Santos de Neymar. Antes de saltar al césped para recibir los primeros aplausos de la afición, el protocolo del acto comunicó a Messi que saldría justo antes que Neymar. La estrella antes que el recién llegado. El argentino sintió que el club prefería el gran aplauso para Neymar  antes que para él. Fue un golpe. Acató la decisión del Barça pero salió al terreno de juego extraordinariamente serio, sin la sonrisa que merecía el reencuentro. Las imágenes del momento hablan por sí solas.

5.- Reunión con el Madrid en Rías de Galicia

El mes de agosto fue duro para Messi. Llegaron también el interés del Manchester City, que se retiró en un segundo de la carrera tras comprobar que sólo pagando los 250 millones de la cláusula podría llevarse al crack, y los nuevos ricos del Mónaco y el París Saint Germain, estos sí, con el dinero fresco y con ganas de cerrar la operación cuanto antes mejor. Para Messi, sin embargo, ninguna opción era válida. Sin presión en el día a día, sin una Liga competitiva, sin el fervor de la afición, sin opciones a ganar el Balón de Oro, ir a Francia no era atractivo. Además, dejar el Barça era muy duro para él...

Emocionalmente fueron semanas complicadas. Sólo era interesante la opción del Real Madrid aunque era evidente que no podía ir allí. Todo era bueno para él pero había un gran problema: Messi era culé, así lo sentía, y más allá de la opción deportiva y del interés económico el argentino consideraba que su traspaso al Real Madrid supondría un golpe durísimo para la afición que tanto cariño le había trasladado. Y una traición imperdonable a sus sentimientos. Leo dio la orden de acabar con las llamadas del Madrid.

Y así se hizo. El Real Madrid envió a Barcelona a un abogado de confianza, exdirector general de la Casa Blanca en el tramo final de la presidencia de Lorenzo Sanz, para atender a la llamada de Jorge Messi para hablar. Finales de agosto barcelonés, mucho calor, más sigilo y el restaurante Rías de Galicia. No hubo oferta ni detalles. Se puso punto y final al sueño blanco. Messi iba a seguir vistiendo de azulgrana aunque las dudas sobre los planes del Barça  sobre su papel en el equipo seguían alterándolo. Daba igual. De eso ya se ocuparía más adelante. Y ciertamente y aunque parezca mentira, ocho meses después, en eso sigue...

El 1 de septiembre de 2013, pocas horas después de la reunión en Barcelona, el Real Madrid anunciaba la contratación de Gareth Bale para las seis siguientes temporadas...