El Barça busca ahora ingresos extras en sus ventas o cesiones

Las ventas de Rosell aportan 79 millones

La dirección deportiva no solo busca refuerzos, sino que también estudia todas las ofertas que llegan

Ivan San Antonio

Cuando Sandro Rosell llegó a la presidencia del Barça, una de sus ideas era cambiar la mentalidad del club en lo que se refiere al mercado de jugadores. En una entrevista a SPORT publicada el 27 de marzo de 2011 aseguraba que “el Barça debe posicionarse también como un club vendedor. Hay que cambiar nuestra mentalidad, y la de otros clubs que nos ven como una entidad que presta jugadores o que los deja salir gratis. Esto se ha acabado”.

Una de sus primeras decisiones, de hecho, fue la venta de Chygrynsky. El club explicó que se debía a problemas de liquidez. Más allá de las razones, el Shakthar Donetsk pagó 15 millones de euros para recuperar al central una temporada después de haberlo vendido por 25 millones. Algo diferente fue el caso de Touré Yayá, puesto que el marfileño, al contrario que el ucraniano, se posicionó favorable a una salida. El Manchester City acabó pagando 30 millones, de los que 6 de ellos los ingresó el agente del futbolista, Dimitri Seluk, que posee el 20% de los derechos de su representado.

Una de las operaciones más traumáticas fue la de Zlatan Ibrahimovic, puesto que se trataba de una decisión deportiva que afectaba directamente a las cuentas del club, que había desembolsado 49,5 millones más los derechos de Eto¿o, valorados en otros 20 millones. Su salida se pactó como cesión el primer año más la obligatoriedad de pagar 24 millones por parte del Milan el segundo año. Aunque se recuperó una parte, el Barça salió perdiendo con la operación global. En cambio, sí sacó rendimiento a las ventas de Jeffrén y Oriol Romeu, puesto que su valor contable era cero. No serán los últimos casos de canteranos que abandonen el club traspasados.

El caso de Bojan fue algo diferente, puesto que existe la obligatoriedad de recompra por parte del Barça, por lo que, a efectos prácticos, se trata de una cesión.Sin contar, pues, esta operación, el global de ingresos por traspasos suma 79 millones de euros. La nueva política huye de comprar caro y traspasar barato, algo habitual históricamente.