Las 3 claves de la 'depre' del Barça

La renovación de Messi preocupa al barcelonismo

La renovación de Messi preocupa al barcelonismo / AFP

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El encuentro ante el Leganés confirmó las peores sospechas: el Barça sigue en el diván tras la pesadilla en el París. Los dos últimos encuentros han confirmado una tendencia anunciada en pequeñas dosis anteriormente. 

Hasta el partido ante el PSG había algunos síntomas que invitaban al debate, pero lo ocurrido en el Parque de los Príncipes desnudó las carencias del equipo con toda la crueldad del mundo. Un golpe del que todavía se recupera el equipo.  

El Barça se humaniza

De los futbolistas se dice que viven en una burbuja, que son unos privilegiados y que las críticas forman parte del sueldo. Quizás por eso también hay una distancia significativa entre la exigencia que se impone cada aficionado en su día a día y la que espera de sus ídolos.  

Pero al final del día ni siquiera los futbolistas son impermeables a las circunstancias, sus pequeñas miserias y los golpes que llegan sin avisar. Lo ocurrido ante el Leganés constató la humanización del Barça.

El equipo sigue en el diván tras el mal trago de París

Once jugadores tratando de sobrellevar el desánimo. Cada a uno a su manera. Algunos con cierta apatía, otros con una rabia latente como Neymar, Messo o Suárez.

El lenguaje no verbal del partido fue tan llamativo como la actuación de un Leganés crecido. Pero un día después y tras una noche desagradable, el gol de Messi supone todo un alivio tras tener el abismo a solo once metros. La distancia que recorrió el balón antes de entrar en la portería de Herrerín. "Era difícil jugar tras lo de París", reconoció Iniesta. "Hay una problema de confianza", concedió Luis Enrique.

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Identidad futbolística

De tanto reparar e el tridente el Barça ha terminado descuidando la sala de máquinas. No hace mucho parecía impensable que el mediocampo se convirtiera en un lugar de paso, un mal necesario para que el balón llegara a la delantera. 

Pero esa es la sensación que transmite el equipo: el Barça juega en las áreas, encomendado a Ter Stegen y Messi. A las dificultades para controlar los partidos se suma un mal imprevisto. Las dificultades para construir el juego desde atrás ante la presión alta.

Pero hay más: el Leganés planteó el repliegue, el plan habitual de los rivales en otras temporadas, y el Barça sufrió igualmente para generar ocasiones.   

De tanto reparar en el tridente el Barça ha terminado descuidando la sala de máquinas

Más allá de los problemas estructurales, el equipo convive con los daños colaterales de alguna salida como la de Alves. El lateral derecho se ha convertido en el eslabón perdido; una posición que se ha tratado de salvar a base de parches. 

Nadie ha cogido el relevo del brasileño con una planificación dudosa para solventar su salida. Algo parecido ocurre con la mayoría de fichajes que han llegado este curso; solo Umtiti parece una pieza fiable y hay casos preocupantes como el de André Gomes, un fichaje estratégico, que no encuentra su sitio. 

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Incertidumbre

El exitoso pasado del equipo -y el tanto agónico de Messi- evitó ayer que llegara el temporal, pero algo se mueve entre el barcelonismo. La sensación de incertidumbre se alimenta de casos particulares sin resolver.

Dos son las dos grandes carpetas abiertas en el club. La primera, el futuro de Messi. Su renovación sigue siendo material inflamable y de momento el mensaje oficial es que las conversaciones van bien. Pero el barcelonismo se deprime con la idea de un Barça sin Messi, el fenómeno que sigue aguantado el club.

La otra gran carpeta es el futuro de Luis Enrique. El asturiano ha sido claro con dos mensajes. El primero, bastante creíble, que todavía no ha decidido nada. El segundo, más difícil de creer, que su decisión no dependerá de lo que ocurra en los próximos meses. Ante el Leganés, por primera vez, hubo división de opiniones con el técnico

La renovación de Messi y el futuro de Luis Enrique inquietan a la afición

De momento la afición parece estar más pendiente de lo que ocurre en el campo que en el palco. Habrá que ver qué ocurre si se repiten actuaciones tan decepcionantes como las de las últimas semanas.