Las razones que han llevado a Puyol a decir adiós al Barça

Pocas dudas hay de que si no fuese por las malditas rodillas, Carles Puyol seguiría siendo aún hoy jugador de fútbol. Quizá ya no podría estar en el FC Barcelona, pero sin duda que seguiría en activo en Catar, Estados Unidos o en alguna liga con menos exigencia que los grandes campeonatos europeos. Pero las lesiones no le respetaron nada y acabaron convenciéndole de que no le quedaba más remedio que colgar las botas.

Fue entonces cuando el Barça tuvo claras dos cosas. Una es que un jugador como él se merecía la oportunidad de seguir formando parte del club. Y la otra que por su perfil, podía tener un papel importante dentro del FC Barcelona. El plan que tenía el club era ir formándole poco a poco, que fuese aprendiendo el trabajo de director deportivo. Mientras lo hacía, se quería que fuese a la vez la imagen pública del club en muchos momentos. Para que nos entendamos, su papel en esta primera fase tenía que ser parecido al de Emilio Butragueño en el Real Madrid.

Desde que aceptó entrar en la secretaría técnica del club como ayudante de Zubizarreta, Puyol tenía a su vez una cosa clara. Su intención era ir viendo de qué iba ese trabajo. Pero pronto se dio cuenta de que su cabeza seguía siendo la de un futbolista, no la de un ejecutivo o técnico. Y no se encontró cómodo. Además, su esposa, Vanesa Lorenzo, tiene una vida profesional que la lleva a viajar al extranjero habitualmente y eso tampoco ayudo a Carles en su adaptación a su nuevo trabajo.

Es por eso que desde hacía ya unas semanas que tenía claro que no quería seguir. Qué hará ahora, es una incógnita. "Quisiera experimentar otras cosas desde otra perspectiva y desde otros lugares", ha explicado en su adiós en un mensaje en su cuenta personal en Facebook, poco después de que anunciara su decisión al club, una decisión que no ha cogido por sorpresa a los responsables barcelonistas, que tenían claro que sus planes de futuro con Carles Puyol se quedarían solo en eso, en planes.