Exámen al método Lucho

Las cinco recetas de Luis Enrique

De la intensidad de los entrenamientos a unas rotaciones tan criticadas al principio de temporada como elogiadas ahora: el Barça vive una situación privilegiada que se explica en buena medida por el método del entrenador asturiano. Luis Enrique y su equipo de colaboradores tienen las ideas muy claras y su trabajo al frente del primer equipo empieza a dar sus frutos

Las cinco recetas de Luis Enrique

Las cinco recetas de Luis Enrique / sport

Albert Masnou

Cuatro puntos de ventaja en la Liga, finalista de la Copa del Rey y en cuartos de la Liga de Campeones. El panorama del FC Barcelona es idílico al entrar en el mes de abril: en disposición de ganar todos los títulos, una situación que no pueden decir ni Madrid, ni Atlético, ni Chelsea, ni… Solo Bayern, Juve, PSG y Porto se encuentran con las mismas aspiraciones que el Barcelona.

El optimismo es lógico, pero tampoco es para lanzar las campanas al vuelo, pues está en la misma situación que la pasada temporada. Entonces, perdió la Liga y la Copa en el último suspiro y se quedó en cuartos en Europa. 

Fríamente, el Barça está como estaba. El equipo de Martino empezó bien, pero fue perdiendo fuelle a medida que se acercaban los encuentros grandes, algo que con Luis Enrique no ocurre. Objetivo de numerosas críticas al inicio de la temporada, centro de miradas desconfiantes de parte del vestuario, el asturiano entró con mal pie pese a autoseñalarse como el líder natural del Barça el día de su presentación como entrenador del primer equipo. 

Los resultados no acompañaban y, sobre todo, el juego dejaba mucho que desear. Las perspectivas no eran del todo buenas pero Luis Enrique ha sabido dar pasos adelante para revertir esta situación. Lo que antes eran frases críticas, ahora son elogios por su manera de gestionar un vestuario con el que, precisamente, no tiene una relación demasiado estrecha. 

1- La política de rotaciones empieza a dar sus frutos

Uno de sus grandes méritos ha sido la gestión de las rotaciones. Abordado con escepticismo al inicio, Luis Enrique ha seguido con su idea en la primera fase de la temporada y ahora, con un equipo más definido, ha sacado rédito a la mayor frescura de sus jugadores. El técnico ha conseguido dos cosas importantes: en primer lugar, tener enchufado a un 80 por ciento del vestuario. Es cierto que hay jugadores (jóvenes canteranos sobre todo) que están descontentos por su poca presencia en el equipo y piensan en la salida, pero la gran mayoría está satisfecha con su participación y presencia en los encuentros. Y en segundo lugar, las pocas rotaciones efectuadas por el Real Madrid en contraposición con las del Barcelona y la diferencia de nivel físico entre ambos equipos realza más la política de Luis Enrique. Después de innumerables alineaciones, las rotaciones le han servido al entrenador para encontrar un once tipo y contar con un grupo de seis jugadores cuyas apariciones son regulares. Incluso lo que para muchos parecía una locura, la alternancia en la portería, ahora genera consenso: protagonismo en la Liga a un veterano como Bravo e ir curtiendo en la Copa y la Champions a Ter Stegen.

2 - Un Barcelona más versátil y más vertical

Un segundo aspecto que se debe apuntar en el capítulo de méritos de Luis Enrique es la aplicación del juego directo, un estilo que ya intentó implantar Tata Martino sin éxito. Aunque con matices, el asturiano ha seguido la línea y la ha defendido con más ahínco que el argentino, además de contar con jugadores más adecuados a esta filosofía. Luis Enrique no ha renunciado a la posesión de la pelota ni al juego posicional pero en ocasiones, durante fases de partidos, durante encuentros concretos, es capaz de mandar a sus jugadores arroparse atrás, lanzar pelotas largas (como el gol de Suárez a pase de Alves ante el Madrid) y salir a la carrera. Es una idea que el Barça no aplicaba y ahora sí entra dentro de su abanico de posibilidades. La gama de sistemas y tácticas se amplía de forma notable, al tiempo que dificulta la labor de los adversarios. Antes, sabían de memoria a qué jugaba el Barcelona; ahora, se pueden esperar de todo. Y en cualquier situación, el Barça es un equipo solvente.

3 - Una espectacular mejora a balón parado

Un tercer detalle que también ha servido para aumentar el potencial del equipo son las jugadas a balón parado. Es Juan Carlos Unzué quien toma el mando en esta especialidad hasta el punto de salir del banquillo cuando hay un córner o una falta lateral al tiempo que Luis Enrique se sienta para ver la labor de su ayudante. Se ha trabajado tanto el aspecto ofensivo como el defensivo y los resultados están ahí. El equipo ha dejado de ser un coladero contra equipos más potentes físicamente y se ha convertido en un peligro cuando Messi, Neymar o Rakitic lanzan pelotas al área. En la actualidad, el equipo ya ha marcado ocho goles, cuando antes ocurría de uvas a peras. Unzué aprovecha los entrenamientos previos a los partidos para practicar sus tácticas, procedentes muchas de ellas del baloncesto. Se lleva a cabo en las horas previas al encuentro para que los jugadores no se olviden de las muchas variantes que les ofrece el segundo entrenador.

4 - Un carácter explosivo e inconformista

Luis Enrique es especial. Seguramente no tiene la mano izquierda de otros, ni la facilidad para transmitir mensajes en la rueda de prensa. Quizás no es su especialidad. Sin embargo, posee un carácter que le hace único. Explosivo, beligerante, impulsivo, agresivo, y, sobre todo, muy ambicioso. Le sirvió para ser un grande como jugador y le está sirviendo ahora como entrenador. Al vestuario le costó encontrar su espacio, pero a estas alturas de la temporada ya lo ha conseguido. Luis Enrique transmite este carácter agresivo, inconformista, incansable, incapaz de bajar los brazos al frente de una plantilla que la pasada temporada fue tildada de tibia y de inanimada. Con Luis Enrique, la vida ha vuelto. Ya sea por las palabras de Cristiano Ronaldo en la gala del Balón de Oro o por el pique que tuvo en un entrenamiento, Leo Messi ha ejemplificado esta metamorfosis. Y si el argentino quiere, el resto le sigue.

5 - Entrenamientos más largos y más exigentes

Por último, existe un tema que también ha reactivado Luis Enrique: la intensidad en los entrenamientos. El Barça juega diferente porque entrena diferente. “Entrenamos de una forma anticuada”, decían los jugadores. Y se extrañaban por los métodos de otros tiempos del Tata. Con Luis Enrique ha cambiado. El técnico tiene poco contacto con el equipo. Apenas mantiene reuniones individualidades con los jugadores. Se los encuentra en el campo y allí no hay perdón. Intensidad, exigencia y unos entrenamientos más largos. Antes apenas duraban una hora y ahora se alargan 30 o 45 minutos más. La pasión deportiva de Luis Enrique le ha servido para meter baza en los aspectos que muchos técnicos delegan a sus preparadores físicos.