FC Barcelona

Julio Alberto se va del FCB de forma amistosa

Despedido del club en junio, su abogado y el del Barça llegaron a un pacto en el CEMAC

Julio, recientemente con Pep Guardiola

Julio, recientemente con Pep Guardiola / sport

S.B.

Julio Alberto Moreno, uno de los futbolistas del FC Barcelona más queridos y con más carisma, se ha desvinculado de forma definitiva del club azulgrana después de más de 30 años de servicio en diferentes parcelas de la entidad.

El rápido y aguerrido exlateral izquierdo de la época de los ochenta, fue despedido el pasado mes de junio, cuando ocupaba un cargo en el área social del club como ejecutivo. Julio Alberto no aceptó las condiciones del despido propuesto por el departamento de recursos humanos del FC Barcelona y puso su caso en manos de su abogado.

Fue ayer martes cuando su representante legal, Felipe Izquierdo, y el del FC Barcelona, llegaron a un acuerdo amistoso y de conciliación en el CEMAC, paso previo a la demanda judicial en los juzgados de lo social.

Julio Alberto comunicó ayer la noticia en su página de Facebook, donde escribió que “quiero pensar que dejo un mar de amigos por toda la geografía de este país y del resto del mundo. Me voy con la cabeza bien alta del deber cumplido y tristeza sabiendo que os voy a echar mucho de menos. No sé vivir sin el Barça, sin estar en contacto permanente con vosotros, sin estar trabajando para este club que es y forma parte de mi vida”.

Julio Alberto defendió la camiseta del FC Barcelona en 299 partidos oficiales, conquistando dos títulos de Liga, tres Copas del Rey, dos Copas de la Liga, una Supercopa de España y una Recopa de Europa. Como internacional español participó en 34 partidos, jugando el Mundial de México y siendo subcampeón de la Eurocopa de Francia 84.

Regresó al FC Barcelona de la mano de Joan Laporta, donde empezó trabajando en la Fundació. Tuvo un papel muy destacado en la creación y expansión de las diferentes escuelas del club en todo el mundo y durante muchos años fue la cara del club en numerosos actos de peñas. Sin duda, ha dejado una huella imborrable.