Jordi Alba espera al Barça

A estas alturas de temporada, la secretaría técnica del Barça y Pep Guardiola trabajan mano a mano en el proceso de criba de la lista de futuribles jugadores a recalar en el Camp Nou. Muchos son los nombres que a día de hoy todavía se barajan para cubrir las escasas posiciones que Guardiola ha solicitado de cara a la próxima campaña. Como viene siendo repetitivo, la banda izquierda genera incertidumbre. A la espera que Abidal renueve y mientras se decide la posible continuidad de Maxwell, el club no pierde detalle sobre un mercado que ofrece pocas variantes en el carril zurdo.

Uno de los valores que cotiza al alza es Jordi Alba. El jugador catalán del Valencia tiene muchos números a su favor. De entrada, a nivel futbolístico, se trata de un jugador en clara progresión, con una polivalencia más que contrastada y que ha llegado hasta la absoluta de Del Bosque. Pero existen otros factores que pesan como una losa. Por ejemplo, Alba finaliza contrato a final de temporada y, por ahora, ha rechazado todas las ofertas de renovación.

El futbolista ha dado órdenes a su entorno de paralizar cualquier contacto con el Valencia y no atender a posibles ofertas del exterior. Alba no ha decidido su futuro pero sí ha expresado su prioridad. El jugador y sus agentes tienen la certeza que el Barça está siguiendo su evolución con mimo y son partidarios de esperar hasta que la secretaría técnica azulgrana se pronuncie sobre sus intenciones reales.

Jordi Alba no quiere mover ficha hasta fin de año. Se considera un plazo más que razonable para que Guardiola y Zubizarreta decidan si entra en los planes de futuro del club azulgrana o bien su perfil no se ajusta a las pretensiones del proyecto deportivo de futuro del Camp Nou. Así lo han acordado y así se lo han transmitido a los técnicos de Can Barça.

Dudas razonables

El Barça quiere retocar su defensa pero todavía es pronto para concretar el nombre y apellido del afortunado. Abidal continúa sin firmar su renovación y la estructura técnica se debate sobre la necesidad de atar a un lateral zurdo nato, un carrilero con facilidad de llegada o bien un jugador que se adapte con suma facilidad al lateral y central zurdo. Y todo eso teniendo en cuenta que la economía no está para excesos.