CHELSEA-BARÇA

El Iniestazo, el día que empezó todo

El tanto en el último minuto de Stamford Bridge es uno de esos momentos en los que cualquier aficionado recuerda qué estaba haciendo

D. Rubio/I. San Antonio

Hay goles importantes, goles bonitos, goles que dan títulos, goles afortunados, goles de chilena, goles en propia puerta... Hay goles de todas las clases y colores. Incluso hay goles históricos. Algunos de ellos, muy pocos, no son solo eso, sino mucho más. Son goles que cambian la historia, que marcan un antes y un después, que perduran en el tiempo no solo por cómo se lograron, sino por todo lo que han dejado a su paso.

José Mari Bakero logró uno de ellos el 6 de noviembre de 1991. Andrés Iniesta lo hizo el 6 de mayo de 2009. El primero permitió a Johan Cruyff convertirse en el primer técnico del Barça en lograr la Copa de Europa, sin la que no pueden llegar la segunda, la tercera y la cuarta. El segundo permitió al equipo de Pep Guardiola convertirse en el mejor de la historia. Hasta ese momento, solo había ganado una Copa. A partir de ahí, se logró el triplete, que se convertiría en los seis títulos en un año y, posteriormente, los 13 de 16 que en estos momentos ostentan.

El juego, quizá, hubiera sido el mismo, pero sin los títulos no se logra la unanimidad de la crítica. A los holandeses, de hecho, siempre se les ha criticado una falta de competitividad pese a su apuesta innegociable por la estética.

Andrés Iniesta convirtió el 6 de mayo en una fecha histórica para el barcelonismo. De esas en las que el culé es capaz de recordar, exactamente, dónde vivió el momento. El principal protagonista también: “Mi principal recuerdo es cuando entra el balón y todos salimos corriendo. Fue un momento mágico, uno de los más felices de mi carrera. Fue un momento muy especial para mí por vivirlo en primera persona, pero creo que también para muchísima gente fue un día inolvidable. He visto la repetición muchas veces y creo que pasará mucho tiempo hasta que deje de sentir ese cosquilleo”, recuerda Iniesta.

Hay futbolistas que empiezan a aparecer ahora por el primer equipo, como Montoya o Muniesa, y otros que llevan muchos años en esto del fútbol, como Mascherano, pero todos ellos tienen algún recuerdo de aquel día. Montoya estaba disputando la Copa de Campeones con el juvenil “no me acuerdo dónde, creo que en Alfaz del Pi (Alicante) y lo vivimos de forma increíble. Hicimos una fiesta que no veas en el hotel. Con ese gol se empezó a gestar todo lo que estamos viviendo”. Muniesa disputaba el Europeo sub 17 con España: “Lo vi en la habitación con los otros del Barça (Dalmau y Sergi Gómez). Fue una pasada y nos volvimos locos”. Mascherano recuerda que “estaba en Inglaterra y era un aficionado neutral, más allá de que quería que ganara el Barcelona por Leo y Gaby Milito”.