Guardiola, 4-Barça, 1

Las comporaciones son odiosas. Por supuesto. E injustas. Mucho. Pero a veces son necesarias. Imprescindibles. Como en este caso. Los 'antiguardiolistas' celebraron hace dos años la marcha de Pep del Barça. Y justificaron su alegría con frases como "a este Barça lo entrena cualquiera" y "ya veremos qué hace Guardiola en otro equipo y con otros jugadores". Pues ya lo hemos visto. A este Barça no le puede entrenar cualquiera y lo que ha hecho Pep ha sido ganar cuatro títulos en su primera temporada en el Bayern de Munich.

Ha llegado la hora de decir las cosas por su nombre y señalar con el dedo a los culpables del gran fracaso blaugrana. El Tata Martino, por supuesto, tiene su parte de responsabilidad. Puede ser muy buena persona pero no es entrenador para el Barça. El gran responsable de la debacle es el expresidente Sandro Rosell. El fue quien provocó la salida de Guardiola, él fue quien fichó a Neymar y 'desestabilizó' a Messi y el fue quien trajo a Martino para suceder a Tito Vilanova.

Nadie puede asegurar que si Guardiola hubiera seguido en el Barça, no se habría producido este triste fin de ciclo. Pero lo que está claro es que con Pep en el banquillo no habrían pasado muchas de las cosas que han sucedido esta temporada. La descomposición del equipo, el pasotismo de muchos jugadores, la autogestión de otros, la fiestas inapropiadas, las cenas fuera de lugar... Un vestuario descontrolado es sinónimo de fracaso. Y con Guardiola la plantilla tenía muy claras sus obligaciones y sus prioridades.

El Barça de Guardiola, el mejor Barça de la historia, el Barça de los 14 títulos de 19, ya no existe. Pero estoy convencido de que Guardiola podría reconstruirlo. Con los fichajes necesarios, la limpieza contundente del vestuario y la incorporación de los mejores futbolistas del Barça B. Ese trabajo solo puede hacerlo Pep. Porque es el único entrenador del mundo con credibilidad para llevarlo a cabo. ¿Luis Enrique? Es la apuesta de la directiva. Veremos a dónde nos lleva...